Hace 2 meses comenzó el gobierno del Presidente Gabriel Boric, y para los primeros días de su mandato, la ministra de interior Izkia Siches agendó una visita a la región de la Araucanía. Está malograda expedición, dónde la autoridad ni siquiera logró ingresar a las comunidades, sería la primera de muchas tácticas y medidas del actual gobierno que han fracasado en esta materia. Araucanía y Arauco, dos territorios diferentes pero que cuentan con dificultades similares. La inestabilidad social, el desempleo y el aumento de la violencia en estas semanas.

La situación en la provincia de Arauco es en particular negativa, ya que los atentados y la violencia que está viviendo el territorio es preocupante. Sí bien los problemas con empresas forestales han existido estos últimos años, la provincia está sufriendo diariamente de dos a tres atentados en diferentes comunas. Cañete, Lebu y Tirúa son algunas de las más afectadas, dónde autoridades locales y vecinos claman semana a semana la intervención del Estado.

Hasta ahora, el trabajo del gobierno frente a la problemática en la provincia de Arauco ha sido protagonizado por el subsecretario de interior, Manuel Monsalve. El militante del PS fue diputado por la zona, incluso fue concejal de la comuna de Los Álamos, por lo que el gobierno ha confiado en su criterio. Sin ir más lejos, el actual delegado presidencial de la provincia Arauco Humberto Toro, fue designado en gran parte por el apoyo de Monsalve gracias a su anterior trabajo conjunto. A pesar del conocimiento del territorio del subsecretario, y su aparente conciencia de los problemas de la zona, los resultados en la provincia son nefastos.

Explorar las causas del aumento de la violencia la provincia Arauco ha sido difícil para todos los gobiernos. A pesar de esto, y gracias al ejercicio propio del periodismo de escuchar a los involucrados, podemos llegar a algunas respuestas. Algunos atribuyen esta violencia a la CAM, sobre todo luego de las declaraciones de Héctor Llaitul sobre la lucha armada que llevan a cabo. Sin embargo, muchos olvidan del rol de APRA, organización de extrema derecha que ha sido involucrada en atentados y algunos de sus miembros detenidos con armas de fuego. ¿Serán estos grupos los causantes de toda la violencia en la provincia? Sin duda, podemos afirmar que no.

Creer que el problema de la provincia Arauco se centra en conflictos políticos entre dos organizaciones extremas es un error. La conflictividad de la zona está relacionada directamente a sus problemas estructurales: cesantía, modelo productivo que tocó su techo (forestales) y una sequía que aumenta en todo el territorio. El Estado chileno, a través del gobierno de Boric y las autoridades electas en la zona, deben centrar sus esfuerzos en atacar estas causas. Además de esto, el gobierno debe analizar quienes se benefician de estos terribles atentados diarios, para buscar ahí a los grupos que causan inestabilidad en la provincia. Sin duda el problema no será fácil de solucionar, pero en este caso, el mejor camino es cambiar el rumbo.