La historia de nunca acabar EntrelíneasPor Agustín Rogel - 28 junio, 2022 Una nueva enfermedad se está propagando por el mundo. Con el covid-19 aún presente, muchos temen que esto se transforme en una nueva pandemia. Ante este panorama solo queda preguntarse: ¿por qué está ocurriendo todo esto? El SARS-CoV-2 continúa atacando a la población mundial. En este contexto en el que la pandemia aún no termina, y las personas ya se acostumbran a la nueva normalidad, un nuevo virus aparece: la viruela del mono. Este agente patógeno está preocupando a todos, y una sola pregunta resuena dentro de sus mentes, ¿cómo es posible que esto volviera a pasar? Ante esto hay solo una respuesta: zoonosis. Con este nombre se le conoce al proceso en el que un virus “salta” desde un animal a un humano. Dicho de otro modo, una enfermedad que afectaba solamente a un tipo de organismo ahora también afecta a las personas. Esto ha pasado con la viruela del mono, la cual ya era conocida por la comunidad científica. Sin embargo, su actual propagación ha tomado por sorpresa incluso a dicha agrupación. No es raro que un virus mute para afectar a otro organismo. Recordemos que el SARS-CoV-2 también parece ser originario de algún animal como el pangolín o el más popular, el murciélago. Ciertamente no es algo extraño, pero sí debería ser un llamado que alerte a la humanidad sobre un problema al que aún no se le toma suficiente peso: la pérdida de los espacios naturales. En Chile, hasta el momento, hay seis casos de la viruela del mono. Fuente: El Confidencial. Este no tiene relación solamente con el cuidado de parques y áreas verdes, sino que de verdaderos ecosistemas en los que los animales conviven sin la intervención del hombre. En estos lugares los virus se mantenían recluidos de las especies que se infectaban, pero tras la pérdida de estos espacios, los patógenos se ven en la necesidad de buscar nuevos huéspedes: nosotros. Y es que las áreas verdes no son un mero capricho ambientalista, son algo totalmente necesario para la vida silvestre, incluyendo a tantos organismos que muchos ni conocemos y con cadenas tróficas muy complejas, y ni hablar de los beneficios que traen contra el cambio climático. Además, hay que considerar que se ignora la cantidad de virus que aún son completamente desconocidos incluso para los científicos. La naturaleza es una caja de sorpresas. Por todo lo anterior, es importante abocarse a la protección de las áreas verdes. De lo contrario, será una historia que volverá a repetirse sin fin, quién sabe con qué clase de resultados. Y, además, no es necesario decir que enfrentaremos las consecuencias, porque —de hecho— ya lo estamos haciendo.