El desafío de revalorizar la lectura en Chile

Cuando la lectura se transforma en una imposición, adquirir el hábito se vuelve una tarea difícil. Por tal razón se hace necesario un cambio de paradigma en cuanto a la integración y valorización de la lectura a temprana edad

No es novedad que en Chile se lee poco y la comprensión lectora es aún más baja. Según un estudio de la OCDE publicado en 2018 , sólo un 1,6 % de los chilenos realmente comprende lo que lee.

Para entender esta situación, es importante retornar a las bases del problema: la educación escolar. Para muchos niños, la lectura se transforma en una tarea tediosa y aburrida. Esto debido a que les imponen leer libros que no les interesan, algo que genera desmotivación y frustración en ellos. El panorama sería muy diferente si en los recintos educativos se incentivara el hábito según sus gustos y de manera personalizada, no solo para obtener una calificación.

Ahora bien, en Chile leer es caro debido a los altos impuestos. Sin duda adquirir un libro nuevo implica un elevado costo para muchas familias y no está dentro de las prioridades. Un estudio realizado por la Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer reveló que un 40 % de los encuestados considera que “los libros son muy caros”, desmotivando la lectura. 

Los largos períodos de confinamiento propiciaron el escenario para que las personas dedicaran más tiempo a la lectura. Fotografía: UdeC

Sin embargo, gracias a Internet y el avance de la tecnología, se abren cada vez más las posibilidades de obtener libros de manera accesible, como por ejemplo en la Biblioteca Pública Digital, que actualmente cuenta con 70 mil libros, los cuales pueden ser leídos gratuitamente desde celulares, tablets o computadores.

A pesar de la mala fama del chileno en cuanto a la lectura, tras la pandemia y debido al confinamiento, muchas personas se refugiaron en los libros e incorporaron la lectura como un nuevo hábito. Durante mayo del año 2020, las solicitudes en la Biblioteca Pública Digital aumentaron en un 106 %, con un total de 61 824 libros digitales solicitados, versus 29 975 en 2019.

Quizás en el fondo los chilenos no somos malos lectores, solo hace falta tiempo y motivación, junto con mejores canales de información de estas iniciativas. Un panorama que podría cambiar en el futuro, de la mano de la tecnología que cada vez entrega mayor accesibilidad al fascinante mundo de los libros.

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