Legalizar las drogas duras: ¿La respuesta al narcotráfico?

Durante el último periodo de debates presidenciales en el país, se puso sobre la mesa un tema que no se había tocado con mucha frecuencia ni seriedad en la historia política chilena, la legalización de las drogas en el territorio nacional.

Según informes de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga, el narcotráfico es uno de los negocios más rentables en el mundo, y en Chile las pruebas están frente a nuestros ojos; camionetas de último modelo, prendas de gran valor, casas en sectores pudientes. Esa es la vida del narco.

Por otro lado, analicemos la vida de un consumidor, una persona «enganchada», por ejemplo, a la pasta base. Si nos basamos en los datos del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol podemos encontrarnos con un perfil muy claro: personas que promedian los 37 años, en su mayoría varones, que suelen vivir en la marginalidad (aspecto que en parte es motivo de la misma caída en la droga).

Cuatro de cada diez adictos a la pasta base normalmente gastan el 100% de sus ingresos en la droga, y cuando llega el punto en que no tienen más dinero para comprar una dosis, recurren al hurto. Pero este es solo uno de los factores que preocupan a la gente pues, además, agreguémosle las «guerras» entre narcos, los «soldados» vendiendo droga en las esquinas -quienes suelen ser menores de edad- etcétera.

La droga es una realidad, y el fracaso de la guerra contra las drogas también lo es. Tanto en Estados Unidos con la heroína y el crack, como en Chile con la pasta base. La solución al uso de drogas es mucho más profunda y compleja, por lo que requiere más que el esfuerzo de unos cuantos políticos. Es necesario un cambio en muchos aspectos de nuestra sociedad, que solucione algunos problemas clave como lo son la marginalidad, la baja calidad de salud mental, la desigualdad, entre otros.

Es por eso que, a efectos prácticos, la legalización paulatina de las drogas, y su correcta administración por parte del estado (además de un seguimiento de caso a los pacientes), puede entregar algunas soluciones específicas que ayudarían a apaciguar el problema de fondo, tales como quitar un gran poder al narcotráfico y solventar de paso los hurtos violentos de mano de adictos que recurren a lo que sea para conseguir dinero y calmar su «angustia».

Cabe recalcar el hecho de que esta no dejaría de ser una solución parche, pero si se analiza de manera objetiva, calmada, y sin prejuicios, es probable que nos encontremos ante un paso grande para luchar contra el narcotráfico.

Top