El inevitable declive de una marca

Todo lo que sube tiene que bajar, y no es de extrañar que en este momento le toque al gigante del streaming, Netflix, esté sumergido en la más grande crisis que ha sufrido en su historia.

La plataforma perdió en el primer trimestre de este año más de 200.000 suscriptores en todo el mundo. Si bien, desde 2011 todo había sido ganancias, la calidad de las producciones de la competencia cómo Disney Plus, HBO Max o Amazon Prime Video (entre otros) ha hecho que Netflix no sea la única opción relevante del mercado y quede por debajo incluso de las nuevas empresas.

En otras palabras, Netflix perdió toda su ventaja al no saber adaptarse a los cambios de la industria, prefiriendo el número antes de satisfacer las necesidades requeridas por el público. 

Y es que las decisiones tomadas en el último tiempo han sido en directo perjuicio de sus suscriptores al intentar (durante los meses más álgidos de la pandemia) estrenar una larga lista de contenido original de gran presupuesto, pero de baja calidad, tramas cuestionables y experimentos fallidos, resultando en la actualidad en reducir la inversión de sus producciones.

Netflix afirma que 130 millones de hogares comparten la cuenta sin pagar. Imagen cedida por “tuexpertoapps.com”.

 Sin duda la acción que más decepcionó a los suscriptores fue cobrar un monto adicional a quienes compartan su contraseña en los países de Costa Rica, Perú y Chile que trajo cómo resultado que un enorme grupo de la audiencia optará por cancelar tal inscripción e irse a la competencia.

Sin darse cuenta de que la práctica de compartir la cuenta fue beneficiosa en sus comienzos, ya que permitió el enganche de más usuarios a la plataforma, y con el tiempo, pagaran su propia suscripción. 

También lo es su idea de introducir publicidad en este medio a quienes paguen menos en los planes de suscripción, como presumiblemente hará a finales de este año, yendo en contra de lo que se propone en un principio con una plataforma de streaming.

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