La deuda de los clubes chilenos en el exterior

La reciente eliminación de Colo-Colo y Universidad Católica de torneos internacionales ha demostrado las carencias del fútbol nacional a la hora de competir en el extranjero.

No somos los mejores en el balompié a nivel continental, eso está claro. Las mayores alegrías que hemos tenido a nivel de selección son más bien recientes y parecen ser una suerte de oasis que muy difícilmente se repetirá en algún futuro próximo.

A pesar de ello, los equipos que conforman la liga local no han hecho malas campañas en los torneos internacionales, posicionándose en varias ocasiones como escuadras competitivas.

Y es que, para un país cuya selección se mantuvo más de 100 años sin títulos oficiales, era bonito presenciar a sus clubes desenvolviéndose en el extranjero, enfrentándose de igual a igual a los mejores del continente.

En la mayoría de las ocasiones se perdió, eso es cierto, pero la sensación que quedaba era más motivante, principalmente porque los equipos avanzaban varias rondas antes de caer frente a elencos mucho más poderosos.

Incluso algunos como Colo-Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica se dieron el lujo de conquistar títulos, quedar en la historia y dejar en alto el nombre del fútbol nacional. Estas entidades brillaron principalmente en la década de los 90, donde sus logros sirvieron como base para una de las primeras grandes épocas que vivió el deporte chileno.

Ahora mismo, con las recientes presentaciones de nuestros representantes, esa imagen comienza a alejarse cada vez más, la competencia con los otros países se vuelve dispareja y decir que el balance es negativo sería incluso generoso.

De todos los equipos chilenos que se presentaron a torneos internacionales esta temporada solo Everton pudo pasar una ronda al eliminar a Monagas de Venezuela por Copa Libertadores. (Fotografía: Getty Images).

Resulta fácil hacer una crítica tras las recientes eliminaciones de Copa Libertadores y Copa Sudamericana, pero esta tendencia se viene dando hace ya bastantes temporadas y en escenarios muy distintos.

Culpar única y exclusivamente a los jugadores no resulta prudente, sobre todo cuando las administraciones y las sociedades anónimas han demostrado solo estar interesadas en la rentabilidad económica en vez de buscar buenos resultados.

Como suele ocurrir en Chile, la corrupción nos está privando de disfrutar, en este caso quitándonos esa esperanza y expectación que hace algunos años teníamos cuando veíamos a nuestros clubes pararse en algunas de las canchas más importantes de América para brindarnos un bonito espectáculo.

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