Todos en algún momento de nuestras vidas hemos escuchado respecto a asaltos, agresiones sexuales y situaciones de violencia donde las principales víctimas son mujeres. En este sentido, más chilenas están optando por adentrarse al mundo de la defensa personal, práctica que genera una serie de beneficios y  aprender a tomar importantes precauciones.

La transmisión del acontecer nacional en los medios de comunicación en el último tiempo se ha caracterizado por la aparición de nuevos delitos que atentan contra la seguridad de los transeúntes en las calles y en el transporte público. En un intento de mejorar la confianza ante una situación de riesgo, es el que una serie cada vez más amplia de personas ha optado por cursar clases de defensa personal.

Fabiola Vásquez, sensei y cinturón negro en Shinkyokushin, opina que para las mujeres es beneficioso aprender un arte marcial como defensa, debido a que da más certeza de salir a salvo al ser vicima de un delito, siempre y cuando sea una práctica permanente.

“Mejora tu actitud en general,  te brinda la confianza que se necesita en las actividades diarias, ya sea en el trabajo, el estudio, el hogar y las relaciones sociales”, afirmó Vásquez.

Sin embargo, con el aumento de personas que buscan capacitarse en esta área, los expertos aconsejan no reaccionar ante un acontecimiento delictual, ya que pueden provocar que escale el peligro en que se encuentra la víctima al generar una seguridad engañosa.

En este sentido, para Vásquez la mejor defensa es la prevención, producto de que las situaciones cada vez son más graves.

“Actualmente, los delincuentes están más agresivos, ya no es el delincuente común que golpeaba y robaba, ahora están armados, ahora roban provocando daños, no les importa si tienen que matar a alguien”, comentó Vásquez.

De igual manera lo ve Gerson González, sensei de karate tradicional estilo Shorin Ryu: “La defensa personal tiene que ver con el resguardo de la vida en el peor de los casos, esto inmediatamente nos indica que no puede ser tomado a la ligera”.

En esta línea, Gonzáles es enfático al señalar que la defensa personal comienza desde la identificación y prevención de situaciones de riesgo, siendo el último recurso la aplicación de alguna técnica de contacto físico, señalando que es un conocimiento que solo lo dará el estudio constante.

Proceso de aprendizaje 

La práctica de un arte marcial para la defensa personal trae consigo varios cambios en quien los practica y el tiempo que le dedica en el área física y mental.

Según Gonzáles, el primer cambio ocurre en la salud debido a que las artes marciales están directamente asociadas al acondicionamiento físico. 

“El beneficio a la salud junto con la filosofía de las artes marciales despliega otros efectos en sus estudiantes, como la confianza, mayor autoestima y mejor control de las emociones”, afirmó Gonzáles.

Este es el caso de Alejandro Sandoval, sempai de karate estilo Shorin Ryu, quien estudia este arte marcial desde los siete años de edad y asegura que ha sido un proceso de completo aprendizaje.

“Los cambios que uno ve a medida que uno va entrenando van desde el desarrollo de personalidad, mayor confianza, más fuerza en cuanto a nivel físico, más energía y más cardio, es super complementario”, comentó Sandoval.

Empoderamiento femenino

En la actualidad, la cantidad de eventos, talleres y cursos de autodefensa han aumentado debido a experiencias propias o de otras mujeres, siendo las principales víctimas de los delitos.

Así lo confirma Gonzáles: “la percepción ciudadana de la delincuencia y los delitos hacia la mujer, comúnmente asociados a la agresión a estas, ha venido a traer como efecto una mayor concurrencia femenina”.

De igual manera, agrega Vásquez, “cada vez más mujeres se animan a practicar Karate u otro arte marcial. Actualmente, la mujer «se atreve» más. Siente que también ellas pueden, y que no es solo una actividad para hombres”.

Sin embargo, por mucho que nos encontremos listos y empoderados ante un acontecimiento, es necesario recordar que todas las situaciones son diferentes y la decisión de oponer o no resistencia ante su agresor está única y exclusivamente en sus manos.

Por último, es necesario entender que la autodefensa no es luchar, o pelear, cómo se ve en las películas, sino que conocer técnicas básicas, ante situaciones en las que se ve en peligro el bienestar o incluso la vida, para saber salir de ellas y encontrarnos a salvo.