Transporte público eléctrico en el Gran Concepción, una opción de movilidad que tenía, y aún tiene, mucho sentido. EntrelíneasPor Manuel Ignacio Rosales - 22 julio, 2022 A pesar de lo mucho que podamos depender de la movilidad basada en el petróleo, debemos mirar hacia el futuro y considerar aquellas opciones que no solo nos permitan ser más ecológicos, sino también ser más ágil en una ciudad cuya vialidad aún se encuentra en jaque. Hace unos años atrás, un particular bus de color morado se encontraba detenido en calle Caupolicán a un costado de la Plaza Independencia. Tanto a mí como a otros transeúntes, nos llamó la atención su curiosa leyenda, donde daba cuenta que este era el primer bus 100 % eléctrico de Concepción. Un viaje gratuito junto con una serie de infografías daba a conocer como este medio, además de ser más ecológico, enfocó sus trayectos exclusivamente en los principales puntos de la ciudad. Una idea prometedora que, hasta ahora, solo ha sido un recuerdo de aquella experiencia de hace casi cuatro años y que lamentablemente, aún sigue pendiente su licitación. Hoy en día, la ciudad se ve desequilibrada por una verdadera catástrofe vial que poco y nada esboza un futuro alentador, no al menos en el corto plazo. A modo personal, contar con el bus eléctrico en Concepción hubiese solventado gran parte de estos desafíos, que, día a día hace darnos cuenta sobre lo fundamental que es contar con más opciones en cuanto a transporte público se refiere. Ahora más que nunca, cuando los precios del petróleo se disparan a un ritmo desesperante y que, naturalmente, en cualquier momento se reflejará en el costo para abordar la próxima “micro”. Una estación de carga para vehículos eléctricos de ENEL X. En Concepción hay disponibles un total de nueve estaciones según informa un reporte de la propia empresa, varios de ellos, ubicados en sectores donde recorre el transporte público.Fotografía: Manuel Rosales. Las licitaciones del bus eléctrico penquista, al menos desde el ministerio de transporte, mencionan un arribo de estos vehículos para el año 2023 -mejor tarde que nunca- pero, sin duda debemos, como ciudadanos de una ciudad en desarrollo, exigir con fuerza que se incentive más este medio de transporte. No solo por la “modernidad” que significa, sino porque tiene sentido contar con un servicio público que impulse el uso de energías renovables y que descongestione a su paso también el “smog” que tanto criticamos a los capitalinos. Solo imagínese el beneficio que hubiese significado haber contado con uno de ellos ahora. Una lamentable realidad que es parte de lo negativo del centralismo, que tanto promete a las regiones, pero poco logra realmente concretar. Concepción necesita impulsarse, ahora al menos tenemos la posibilidad de dar un paso seguro, para no seguir con la dependencia de la baraja de micros que van a un mismo lugar y poco logran coordinar.