Música, gramática y gimnasia; la combinación perfecta para un buen disco de indie-pop

El segundo disco de estudio de Denver fue uno de los mejores valorados en su momento, y hasta el día de hoy suena nuevo y refrescante.

Si bien vivimos en los tiempos de oro de la música urbana en Chile, hubo un momento, por allá en el 2010, que estalló con gran fuerza el indie en la escena de la música del país. Ahí es cuando despegó una de las bandas más icónicas para los oyentes de este género: Denver.

Y es que tan solo su segundo disco “Música, Gramática, Gimnasia”, del año 2010, se ha convertido con el tiempo en un ícono para la escena indie-pop del país, pero no solo eso, también es un referente claro cuando los amantes de la música electrónica (y sintetizada en general) nos aventuramos a revisar la historia de la música chilena.

Los sonidos y estilos que mezcla el álbum desde “Mi Primer Oro” hasta las guitarras funk de “En Medio De Una Fiesta” parecen, aún a día de hoy, la herramienta perfecta para perderse un rato en el ritmo y dejarse llevar por el electropop.

Tanto Milton como Mariana (quien aparece en la fotografía) poseen sus proyectos independientes y solistas. – Créditos: Jorge Morales Piderit.

La voz de Milton Mahan y Mariana Montenegro simplemente se sincronizan perfectamente para las vibras que intentan transmitir; una suerte de sentimiento ansiolítico.

Los bajos sintetizados y una mezcla que entrega un sonido ochentero están presentes durante todo el disco. Realmente no hay un track que no aproveche todos los recursos que tenían disponibles como banda para crear esta obra que parece coreografiada de manera perfecta.

Un punto que cabe destacar es el hecho de que todo el álbum tiene un concepto clave: la gimnasia. Todas las letras están llenas de comparaciones y alegorías al deporte. Esa es una de las tantas cosas que no olvidarás de esta selección de tracks.

Quizás su punto más bajo (aunque mi opinión no coincidirá con la de muchos) es en “Los Bikers”, la canción que comienza la segunda parte del disco. Si bien el coro es profundo y pegadizo -como Denver siempre lo supo hacer con sus canciones- los versos no parecen llevar a nada, con una mezcla muy extraña en el sonido al comienzo que no me convenció.

«Feedback», canción con no mucho éxito en números, es otra sorpresa con toques a Miranda que te mantiene con un interés respecto a cómo utilizarán aquellos ritmos y sintetizadores durante el álbum.

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