Cuphead: un bello desafío no apto para todo amante de los videojuegos

Dificultad, entretenimiento y un amor profundo por la animación clásica; una entrega que recientemente cumplió cinco años desde su lanzamiento y sigue atrayendo nuevos públicos en la actualidad.

Los videojuegos muchas veces son espacios para distraerse de los quehaceres de la vida, un lugar de diversión y distracción en el cual decidimos pasar nuestro tiempo libre. Sin embargo, hay uno en particular que ha logrado captar mi atención por muchas razones, y una de ellas es la gran frustración que me conlleva disfrutar -por ilógico que suene- fallar en él.

Con esto me refiero a Cuphead, el cual fue lanzado el 29 de septiembre de 2017 por la empresa canadiense StudioMDHR y desarrollado por los hermanos Chad y Jared Moldenhauer. La entrega se inspira en la época dorada de la animación estadounidense, con una estética particular para los juegos modernos, con una dinámica de run-and-gun.

La premisa sigue a dos hermanos con cabezas de taza -de dónde viene el nombre del título en inglés- llamados Cuphead y Mugman. Luego de perder una apuesta contra el diablo en su casino, Cuphead es sentenciado a recolectar las almas de los secuaces del demonio para así pagar su deuda y salvar a los habitantes de su tierra, con la ayuda de su hermano.

La popularidad del videojuego llegó a tales niveles que incluso Neflix realizó una serie original basada en su estética y personajes, la cual se titula “The Cuphead Show!”. Fotografía: Netflix.

El diseño de sonido y artístico es sublime, de hecho, la animación fue realizada con la misma técnica que se utilizaba en la época dorada, lo que implicaba usar un rotoscopio. Al más puro estilo de Max Fleischer, el trazado tiene una brutal composición que te lleva a otra época.

Sin duda alguna, la jugabilidad es lo que probablemente haga la diferencia entre quienes quieren pasar el tiempo con tranquilidad y aquellos que deseen un desafío irritable. La verdad es que Cuphead no es un juego para cualquiera, la dificultad de este es de un nivel bastante elevado si no se comprende su dinámica, ya que no tiene un patrón establecido.

Se tienen solo tres vidas, las cuales no recuperas de ninguna forma al momento de enfrentar los niveles y a los jefes, por lo que cualquier movimiento en falso puede ser fatal. Perder y volver a intentarlo es algo constante, por lo que no se sorprendan si llegan a quedar calvas o calvos por la rabia (fuera de broma, es bastante difícil no perder la paciencia).

A fin de cuentas, Cuphead es el resultado de un trabajo con mucho amor, con detalles y guiños que llaman a la nostalgia, en donde la dificultad hace de él un reto para cualquier amante de los videojuegos.

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