El castillo ambulante: el camino de la superación mediante la animación

El castillo ambulante es la octava obra dirigida por Hayao Miyazaky dentro de Studio Ghibli, estrenada en 2004 y basada en la novela homónima escrita por Diana Wynne Jones. Siendo parte de un estudio de animación, muchos pensarían que es una película infantil, sin embargo, contiene mensajes bastante profundos.

Studio Ghibli se ha caracterizado por sus animaciones cargadas de colores y temáticas diversas, desde sus inicios y con su obra más popular Mi Vecino Totoro, con la cual marcó una presencia bastante significativa en América Latina. Con la llegada de la pandemia y la incorporación de todas las películas al catálogo de Netflix, se convirtió en una buena opción para compartir y distraerse en el confinamiento.

El castillo ambulante no ha sido la excepción, una historia que nos muestra un mundo de guerra, magia, pacifismo e incluso un nexo con la salud mental, que puede pasar desapercibido para algunos. Se representa lo injustos que pueden ser los conflictos, donde se arriesga la vida por los intereses de unos pocos, que se alejan del bienestar de la población. En el caso de este largometraje, Hayao Miyazaki buscaba mostrar su molestia ante la invasión a Irak, representándolo con personajes complejos y sin contar con héroes o villanos.

El castillo ambulante recaudó más de 230 millones de dólares, posicionándose como una de las películas más taquilleras de la historia del cine en Japón.
Imagen de lamagazin.com.

La historia comienza con Sophie, una joven sombrerera con un alma melancólica, siguiendo siempre sus rutinas y con notables dificultades para socializar con sus colegas. Sin embargo, su vida cambia cuando se encuentra el excéntrico mago Howl, quien la ayuda a salir de una situación compleja.

Ese encuentro la lleva a recibir un hechizo de parte de la Bruja Calamidad, quien la transforma en una anciana, lo que obliga a Sophie a dejar su hogar en busca de revertir su maldición y llega al castillo de Howl, esperando que este la ayude a volver a su vida normal. A lo largo de la película ocurren muchas situaciones que ponen a prueba a la protagonista, que va cambiando su forma de actuar y de afrontar ciertos eventos.

Poniendo atención, nos damos cuenta de que la fortaleza que va ganando la protagonista, la seguridad en sí misma y el proceso de dejar atrás esa melancolía que la representaba al inicio del filme, nos lleva a interpretar que los cambios de ambiente, hábitos y el apoyo de los cercanos te ayuda a avanzar en muchos aspectos de la vida. Sophie pasa de ser una joven insegura, que anteponía las necesidades de todos sobre las de ella, a ser una mujer decidida, que no teme expresar su opinión y nota su verdadero valor, logrando una superación personal mediante el amor, tanto propio como a los que componen su nueva familia.

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