«The Big Steppers Tour»: Los componentes de la elegancia en una narrativa destructiva

El reconocido rapero Kendrick Lamar se hizo presente en Francia el pasado sábado 22 de octubre, para continuar con su tour «The Big Steppers», que estando a casi un mes de terminar, lo ha llevado por Norteamérica, Europa y Oceanía.

A las 7 de la tarde en París y 3 de la tarde en Chile, se presentó Kendrick Lamar en dicha ciudad, llevando al público una experiencia tanto musical como estética mediante su performance, construída en su mayoría en base a su más reciente álbum «Mr. Morale & The Big Steppers».

Kendrick es conocido por seguir la línea del rap actual: ritmos basados e inspirados en los inicios del hip hop, incluyendo situaciones de violencia, pobreza y los males del capitalismo en sus letras, haciendo especialmente de su nueva composición un álbum con letras crudas y con las más duras de las metáforas.

Este show, que fue transmitido en vivo por la plataforma Amazon Prime Video, destacó por la elegancia y simpleza: el rapero contó con sólo 11 bailarines, cuatro mujeres y siete hombres que, como él, sólo vestían de blanco o negro, determinando la plana gama de colores que predominaron en el escenario y en gran parte del concierto.

La simetría y coordinación en las coreografías, junto con el juego de luces, hicieron de esta una presentación visualmente placentera.

Es por esto que la composición de lo visual sobre el escenario contrasta y de cierta forma complementa con lo musical. La presencia de pocos bailarines y sus movimientos, que incluyeron incluso pasos similares a los de ballet, choca directamente con lo tosco de la temática del álbum.

Portada del álbum «Mr. Morale & The Big Steppers» Imagen de Renell Medrano.

La escenografía y utilería no se aleja de lo anterior, armando y manteniendo durante el concierto un ambiente simple pero altamente llamativo. Un títere, una cama, colores fuertes como el rojo y amarillo en eventuales proyecciones, e incluso el descenso de un biombo transparente para la toma de un PCR al artista en pleno escenario, son elementos que irrumpen de forma individual e inesperadamente, siendo la base de esta presentación, y los encargados de hacer énfasis en los sentimientos y sensaciones en canciones específicas.

El rapero mantiene un ritmo constante durante la presentación, conservando la atención del público en él incluso cuando está en el centro del escenario, sin bailarines ni elementos de apoyo, sólo con luces bajas y su micrófono.

Todos los elementos visuales reflejan en ellos la maestría que maneja el cantante, los cuales son fundamentales para crear una narrativa del mismo nivel de sus anteriores álbumes y presentaciones, demostrando que Kendrick es un artista completo.

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