Experimentación, arte y curiosidad, son tres elementos claves en el proceso creativo de Diego Lorenzini, el cantautor chileno que no deja de cautivar a la audiencia nacional por la particularidad de cada una de sus canciones.

Por Isis Fuentealba Quiñones

Y yo aquí en pijama tratando de escribir otra canción, nostálgica

¿Dónde quedaron esos tiempos mozos hoy?

En sincronía con el lanzamiento de un nuevo disco durante la primera semana de octubre, el multidisciplinar artista chileno, Diego Lorenzini, anunció el retorno al país con una gira por distintas regiones. Tras dos años sin presentarse en el territorio nacional, el artista retornando de España, agendó una serie de citas que resultaron un endulzamiento para sus fieles oyentes que, desde el inicio de la pandemia, anhelaban el reencuentro de su música en vivo. 

Con entradas agotadas, la cita agendada en la Bodeguita de Nicanor se convirtió en una instancia única para Lorenzini y la comunidad penquista. Entre risas y conversaciones, el show extendido por más de dos horas, contó con la presentación de algunas de sus últimas creaciones, impresionando tanto a los asistentes como al propio autor, al darse cuenta que, gran parte de quienes se encontraban en la velada ya habían memorizado gran parte de las estrofas.

“Palabritas y palabrotas”, el reciente disco compuesto por 24 canciones, conserva y transmite la esencia única de Lorenzini. Sumergiendo a los oyentes en un cálido lago de sentires descritos al propio estilo del autor, la poesía musicalizada entre cuerdas, manifiesta la honestidad del ilustrador profesional e invita, al igual que todas sus creaciones, a indagar en la curiosidad del ser.

Con una lírica destacable, el cantautor narra distintas escenas de su vida y la de su entorno, generando con cada partitura, una conexión indescriptible con su público. Demostrando en cada sonido las razones por las que es considerado uno de los exponentes más fuertes de la escena musical nacional, Diego da indicios de abrazar a la vulnerabilidad que, por distintos motivos, a veces nos abrasa.

Tomar lo que está ocurriendo en el espacio, en la cabeza y el corazón para hacer arte, es una de las enseñanzas principales que el artista entrega, indirectamente a la comunidad. Su constante transformación de la realidad hacia melancólicas y entretenidas canciones, expresa una especie de sinceridad en su ejercicio musical.