Una surreal antología terrorífica

Cuando se presenta un filme animado, a simple vista se puede interpretar que está dirigido hacia un público infantil, sin embargo, esto abre un mundo de posibilidades para contar una historia, y en este caso, son tres. Estamos hablando de la película en stop motion “The House” de Netflix, dirigida por Niki Lindroth, Emma de Swaef, Marc James Roels y Paloma Baeza. 

Con historias que son más de lo que aparentan, oscilando entre lo surrealista y perturbador, con un invento narrativo que se expande en tres direcciones diferentes, el largometraje animado apunta a que toda realidad puede tener múltiples dimensiones, manteniendo un elemento en común, la casa.

El primer relato está construido a partir del terror clásico, desarrollando temas como el materialismo y la obsesión. Al mismo tiempo, la trama es presentada como una inocencia en la oscuridad, que busca producir una sensación de peligro y vulnerabilidad. Además, guarda detalles que harán que nunca dejes de sorprenderte, pero dejando claro desde un principio que algo malo va a pasar. Precisamente,  este es un punto clave, ya que la intriga de qué tan mal va a terminar la historia de los personajes siempre está presente. 

Un cambio radical de género es lo que intentan mostrar en el segmento intermedio, ya que se deja el terror gótico y se presenta una sátira negra, combinándola ligeramente con el surrealismo más escalofriante e incómodo. El tema principal es la soledad, representado como uno de los mayores miedos del ser humano, pero desde la personificación de ratas.

La película no titula sus capítulos, cada uno de sus fragmentos funcionan como ideas anónimas.
Foto: The Guardian.

Comprender el desapego material y espiritual sobre la muerte y búsqueda de trascendencia, son parte de los significados filosóficos que desea transmitir el tercer y último filme. Dando una sensación apocalíptica, se presenta la vivienda en medio de una ciudad inundada, donde la protagonista vive en negación tratando de mantener su hogar -que por las condiciones- ya no importaba, dejando al espectador con la incertidumbre por saber cuál es el futuro que le espera.

Tres contextos diferentes con un elemento que los une. La estructura narrativa se repite con historias diversas, presentando relatos que hablan sobre el materialismo desde sus propias perspectivas, pero siempre dejando una reflexión en común: ¿estamos inmersos en una casa compuesta de ladrillos o en un verdadero hogar?

Una cinta animada que te sorprende debido a su calidad creativa en stop motion y, sobre todo, en su contenido, simbolizando reflexiones complejas que pueden ir variando dependiendo del punto de vista de quién la vea. Definitivamente, una producción enigmática e interesante, donde con cada reproducción se pueden encontrar nuevos detalles, interpretaciones y sensaciones de terror, incomodidad o tristeza.

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