Con sólo una mala salud bucal, un descuido de sarro y encías inflamadas, las bacterias pueden viajar por todo el torrente sanguíneo hasta aniquilar muchas células del cerebro. Así, hasta que el tejido cerebral queda débil y por ende más propenso a hospedar células adherentes al Alzheimer.

Los microorganismos de la boca humana pueden extenderse por todo el cuerpo. Una muela infectada puede llegar a enfermar un pie y una encía inflamada puede deteriorar cognitivamente las neuronas de cualquier persona.

El Alzheimer es característico de la tercera edad, pero prevenir la enfermedad es importante desde edades tempranas, incluso con cosas sencillas como el cuidado dental.