Salud mental: un fantasma entre los profesores

Salud mental de los profesores en Chile un fantasma entre ellos

El agobio laboral, el estrés y el aumento de la violencia escolar son algunos de los factores que ponen en alerta el abordaje de la salud mental de los profesionales de la educación. Temática que ha sido planteada insistentemente por el gremio docente.

Entre gritos, risas y lápices viven día a día los profesionales que brindan aprendizaje a las generaciones del futuro. Con sus delantales de color azul y una sonrisa reciben a sus estudiantes cada mañana, pero ¿realmente estarán felices?, ¿cuál será el estado de su salud mental?

Muchas veces, en especial cuando se es estudiante, resulta extraño pensar que los profesores tienen una vida más allá de las aulas, por lo que Belén Rivera Corvalán, psicóloga, describe que: “Hay que mirar la salud, el bienestar y el desarrollo profesional como algo que está sujeto uno con otro”.

Vocación por enseñar, pero ¿qué hay de la salud mental?

La Evaluación Docente, el Simce, recibir una nueva jefatura de curso o enfrentar una reunión de apoderados, son factores que influyen en el bienestar psicológico de los profesores, son “momentos críticos que pueden aumentar sus estados ansiógenos”, añade Rivera.  

Bajo la premisa del arte de enseñar, estos profesionales se paran frente a un curso para realizar su labor de entregar conocimientos. Pero ¿qué pasará cuando no se encuentran bien psicológicamente?, ¿cómo lograrán enfrentar el desafío de seguir adelante con su clase?

 “Cuando estoy en este estado, generalmente trato de abstraer mis pensamientos y centrarme en las diferentes actividades que debo ejecutar en la clase. Actúo de forma mecánica”.

Andrea Reyes Castro, profesora.
El contexto y las posibilidades influyen en la salud mental. Fotografía por Carlos Quezada

El compromiso social es grande, uno de los motores por el que muchas personas deciden estudiar la profesión, pese a esto, Rivera hace referencia a un concepto que es comúnmente utilizado en situaciones donde el bienestar psicológico se ve involucrado: “Hay algunos perfiles que hablan de resiliencia, de poder estar en contextos adversos y no perder lo que comúnmente se denomina “pasión”. Sin embargo, no se debería formar a profesores resilientes. No es el fin naturalizar el romanticismo de la pedagogía. Lo que sí se debería formar es un ambiente ameno de enseñanza y aprendizaje”, comenta.

Cuidar la salud mental de los docentes, también supone cuidar la de toda la comunidad educativa. Los estudiantes son seres receptivos y pese a los esfuerzos que se realicen por ocultar las emociones, “el estado anímico del profesor se refleja en el aula”, cuenta Ivonne Jorquera Flores, directora de Escuela Tumbes F-495. 

Salvavidas dentro de los establecimientos

Las redes de apoyo se convierten en un pilar fundamental para la salud mental de los profesores. Una almohada con la que poder hablar durante las noches y un hombro en el cual apoyarse, ¿cuál será su sostén en las escuelas?

El contexto en el que cada uno desarrolla sus labores, el equipo directivo y los colegas, son la armadura de protección más cercana para quienes desarrollan la profesión. Así lo describe Karen Rivas Valdebenito, educadora de párvulos, quien dijo que: “Es importante resguardar que el ambiente laboral se dé amoroso, agradable y de confianza. Mi primera red de apoyo al salir de clases es la oficina de UTP (Unidad Técnica Pedagógica) o la sala de profesores”.

En los establecimientos educacionales la colaboración y comunicación aportan al bienestar psicológico. Fotografía por Hannah Busing

Experiencias: la educación enseña y te enseña

Altos, bajos, curvas y tropiezos. La profesión que deja una huella para la eternidad, en ocasiones, también crea recuerdos dolorosos en la memoria de quienes la imparten.

Momentos donde su salud mental se encontraba en picada, así recuerda Karen Rivas un episodio de su carrera cuando: “Tuve una apoderada que era muy déspota, me minorizaba, me hacía sentir muy mal, se burlaba de mí delante de otros apoderados. Sus intervenciones en reuniones eran dolorosas. A mí me faltaban herramientas de manejo, pero independiente de eso, no tendría por qué haberlo hecho. Esto me generaba mucho estrés y ansiedad. Cuando terminaba las clases entregaba a los niños y me iba al baño a llorar. Esta situación me quitaba las ganas de comer y no podía dormir”, relata.

¿Prevenir o lamentar?

Sala de clases. El Gobierno está impulsando estrategias para garantizar la salud mental en la educación.
El Gobierno está impulsando estrategias para garantizar la salud mental en la educación. Fotografía por Sebastián Brogca

Está bien no estar bien, la salud mental de los profesores es una temática urgente, vigente. Que debe ser abordada desde todas sus aristas y para toda la comunidad escolar. Así mismo lo describe Ivonne Jorquera, quien relata que: “Como escuela hemos buscado medidas para aportar al bienestar psicológico de los profesores. Por ejemplo, realizando reuniones de acuerdo con las necesidades y temas que los colegas quieran conversar y tener buenas redes de apoyo entre nosotros. Pero así y todo es difícil por la exigencia del sistema”, cuenta.

“Estar atentos para prevenir. No apagar incendios, no hacer intervenciones focalizadas cuando la situación ya está en llamas”.

Belén Rivera Corvalán, psicóloga.

Tomar cartas antes del asunto. El fantasma que deambula por la comunidad educativa se hace cada vez más visible, las ganas de impartir conocimiento y el compromiso social es parte del motor de la pedagogía, pero quién se compromete con ellos y su bienestar emocional.

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