Según un estudio realizado durante el año 2023 por Common Sense Media, un 40 % de los niños menores de dos años están utilizando dispositivos como iPad o celulares inteligentes, incluso antes de aprender sus primeras palabras.

“Este niñito sabe ocupar mejor el celular que uno”, más de alguna vez he escuchado esta frase. En cierto momento, me parecía curiosa la forma en la que los niños a tan temprana edad sabían manejar dispositivos electrónicos con tanta facilidad. Sin saber qué dicen los botones, ellos los pulsan y logran llegar a lo que quieren. Pero, tiempo más tarde, esta situación comenzó a parecerme preocupante.

Hipnotizados por los sonidos y por los colores. Me impresiona ver en parques, centros comerciales, en autobuses o dentro de sus coches, que los niños están con sus ojos pegados a las pantallas.

Solo basta con poner alguna canción que sea viral en la aplicación de TikTok, para detectar cuántos conocen el baile y consumen este contenido. Es impresionante como el boom de la tecnología llegó hasta las manitos más pequeñas. Una realidad creciente, una realidad que me asusta.

Más allá de eso. Concederle internet a un menor, significa entregarle una llave para que abra la puerta a un mar de información disponible en la red. Sí, los niños saben manejar las tecnologías, pero solo basta con que pulsen un botón equivocado y el destino al cual los puede llevar la navegación es desconocido.

Entiendo que muchas veces entregar el celular o la tableta sea una forma de mantenerlos quietos, de cierta manera, también se han convertido en una “herramienta” para quienes cuidan a los niños. Sin embargo, considero que la infancia es una etapa tan valiosa, llena de misterios por resolver y de cosas por descubrir en el mundo real, que las pantallas les están arrebatando.  

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