El álbum Life is but a dream… (2023) es el último lanzamiento de la banda estadounidense Avenged Sevenfold. Grupo con una rítmica única y destacable entre los grupos de metal progresivo actual, sin embargo, han dado un salto a lo experimental, saliendo de su zona de confort.

La agrupación comenzó a probar un nuevo estilo desde The Stage (2016), que fue su primer disco conceptual, su tema central era la autodestrucción de la sociedad y la inteligencia artificial, donde recibieron duras críticas por su cambio drástico. Luego de siete años se hizo la publicación de su octavo álbum, un trabajo discográfico inspirado en El extranjero (1942) de Albert Camus, representando un viaje a través de la crisis del existencialismo.

Life is but a dream… cuenta con 11 canciones, trabajo instrumental que abarcó diferentes niveles de intensidad, tonalidades cambiantes, sonidos digitales, solos de guitarra y hasta juegos orquestales. Dentro de las obras destacan temas como Nobody que habla sobre el existencialismo con un video de stop motion, inicia con un riff insólito y termina con un cierre melódico. We love you es una canción más difícil de digerir al tener cambios bruscos y sonidos mecánicos, siendo una crítica al capitalismo la obra confunde al oyente con un coro pegajoso, pero pausado.

Mattel es una de las más similares a la esencia clásica de Avenged Sevenfold, abarcando toda la potencia del disco en tan solo cinco minutos de duración, es una reflexión sobre la pérdida de la humanidad en un mundo cada vez más artificial. Por otro lado, (D)eath, presenta la nueva esencia del grupo al ser una balada lenta y suave, con instrumentos orquestales alcanza una armonía destacable.

Un disco muy peculiar en el que los cambios drásticos te causan emociones y sensaciones diferentes a lo habitual en el metal progresivo. Con letras y melodías, que dan un giro dentro del género sin perder su esencia.