Derbi de Concepción que reúne a familias completas siguiendo una tradición, que es traspasada de generación en generación.  

A eso de las 12:30 a.m. del domingo 14 de abril, el pitido del árbitro da inicio al icónico encuentro. Marcado por un ambiente competitivo, lleno de expectación y por supuesto, destacando la afición de los hinchas lilas y aurinegros. 

Más que apoyar a un equipo de fútbol, los hinchas se unen por una misma pasión. Se sienten representados por el color de la camiseta. Desde las gradas se transmite la energía a los jugadores a través de cantos y barras, como si fuera una especie de ritual que sirve para encender el estadio. 

La jornada estuvo marcada por un ambiente bastante familiar. Mirando las galerías repletas del estadio, se podía observar a muchos niños y niñas que portaban los mismos colores del equipo que sus padres apoyan. Con risas, gritos y gestos que contagian la sensación de estar en ese lugar, descargando el estrés acumulado de semanas previas. Se promovía una instancia que, a pesar de ser una competencia entre ambos equipos, generó lazos de unión en los fanáticos.

A pesar de todos los inconvenientes que crean los seguidores de este deporte, tales como los rutinarios incidentes entre hinchadas que terminan en destrozos y sanciones, el día no presentó ningún impedimento para que se pudiera llevar a cabo de forma expedita y amena para los presentes. 

Los partidos de fútbol no solo son ocasiones emocionantes para disfrutar el deporte, también se crean momentos valiosos para compartir con amigos y familia. La pasión que se vive en las gradas, los cánticos y las emociones fervientes hacen de cada encuentro una experiencia memorable e inigualable. Sin embargo, es de suma importancia tener en consideración que dichos eventos deben vivirse con respeto y responsabilidad. Destruir o causar disturbios daña los espacios públicos y a la vez empaña la verdadera esencia de estos encuentros deportivos.  

Si te interesó puedes visitar: Hitos más relevantes del Team Chile en los Juegos Panamericanos