José Luis Bastidas: un hombre de mundo

Pepe Lucho trabaja como chofer en el área de prensa en Televisión Universidad de Concepción

En los pasillos de Televisión Universidad de Concepción, se escucha el apodo Pepe Lucho entre los trabajadores. Se comenta que es un personaje con alma joven. Un hombre con amplia experiencia, anécdotas extensas y un eterno corazón apasionado.

Nacido y criado en el antiguo barrio Cerro La Virgen, “es un vecindario tranquilo, piola. Yo no lo cambio por ninguno hasta el día de hoy”, comenta José Luis Bastidas, conocido por sus compañeros de trabajo y amigos como Pepe Lucho. Es en este lugar de Concepción donde posee sus mayores recuerdos de infancia. “La gracia es que teníamos todo el bosque para jugar. En ese tiempo no había televisión, entonces uno jugaba a las polquitas, la escondida, la tiña y ese tipo de cosas”.

El inicio de un largo viaje

Hijo de profesor y secretaria, el mayor de cinco hermanos. Siempre fue cercano a su familia, un joven hogareño y colaborador. “Antes las mujeres hacían las cosas del hogar, el hombre no cocinaba, no planchaba, no lavaba, con suerte hacía aseo un día, pero en mi casa no era así. Desde los ocho años, nos dividíamos los fines de semana para lavar y secar la loza y mis hermanas limpiaban el piso, virutillar el parqué. Después íbamos rotando”, relata Pepe.

Al crecer en un barrio residencial con un ambiente sereno, José Luis describe que había una instancia en el año que las calles en donde creció permanecían con personas a todas horas. “El ocho de diciembre, fecha de la Inmaculada Concepción, era el único día que hay como una ‘fiesta’, aunque sea religiosa. Entonces las mamás veían esta celebración igual que un negocio y en mi casa vendíamos mote con huesillo”.

Risas, juegos y aventuras

En el lugar de trabajo de Pepe Lucho, el cariño es tan grande hacia él, que le regalaron una polera con su rostro. Foto de autoría propia.

Pepe Lucho recuerda su infancia con mucha alegría y nostalgia. Destaca la cercanía con sus amigos del barrio, lo sano que era salir unas décadas atrás y la importancia de la solidaridad en la amistad. Uno de los acontecimientos que marcó su adolescencia, fue la llegada del Circo Las Águilas Humanas, uno de los más famosos de Chile. José Luis detalla: “Llegaban sin falta todos los veranos, se instalaban en la cancha Seminario y permanecían en ese lugar desde diciembre a marzo”.

“Todos los artistas llegaban a pagar pensión en el barrio, entonces era como Viña del Mar para mí y mis amigos. Teníamos a los famosos en nuestras casas, a los trapecistas, malabaristas, animadores, domadores de animales y magos. Siempre se quedaban en las mismas residencias todos los veranos, así que sabíamos que venían y que tendríamos el circo para nosotros solos”, narra José.

Durante el día, Pepe y sus amigos se encargaban de alimentar a los animales, parte fundamental del show que se realizaba en las calurosas tardes de verano. “Cuando íbamos a darles comida, le tocábamos la cola a los tigres, nos subíamos arriba de los elefantes y ayudábamos a lavarlos con una escoba y una manguera, cuestión que en estos días no se ve”, relata.

Estas instancias generaron que Pepe Lucho sumara experiencias a su vida que nunca imaginó vivir, “¿qué niño tenía la oportunidad de jugar en el circo todo el verano? Y no solo uno, sino que muchos veranos seguidos, esa fue una parte destacable de mi adolescencia”.

La frescura de la juventud

Durante su educación media, José vivió el golpe de Estado en el liceo, circunstancia que dejó un impacto en su vida. “El día 11 a las once de la mañana salimos a recreo y ahí cambió todo”. Atravesando los pasillos en donde juntaba memorias divertidas junto a sus compañeros, de un momento a otro, se borraron por la llegada de militares al recinto educativo. Los despacharon y camino al paradero de la micro, estuvieron obligados a avanzar en grupos de cuatro sin intercambiar palabras. Con incertidumbre caminaban observando los tanques que se apoderaban de la ciudad.

Pepe tuvo la oportunidad de asistir a eventos musicales de renombre gracias a su trabajo en los medios de comunicación. José Luis junto a Pablo Herrera, cantautor chileno. Imagen de cortesía de José Luis Bastias.

Sin embargo, vivió más experiencias que le permitieron guardar con cariño las memorias de esta etapa de su vida. “Yo viví en la época de los hippies en los 70. Para mí, tiempos de puro amor y paz”, relata Pepe Lucho.

En su mirada transmitía nostalgia al recordar los viajes que realizó junto a sus amigos del barrio. El destino era todos los años el mismo, Dichato, lugar que describía como “la playa masiva”, ya que llegaba mucha gente a acampar, al igual que ellos. “Nosotros nos íbamos por unos días y terminábamos ahí todo el mes. Gracias a Dios había tren, así que nos rotábamos los fines de semana y veníamos a Concepción. En grupo pasábamos por la casa de cada uno y pedíamos cosas para llevar y así nos quedábamos el verano entero”, narra José Luis.

Otra de las anécdotas que compartió fueron las múltiples veces en donde el dinero escaseaba e iban a los restaurantes cercanos. “Llegábamos a comer a cambio de lavar loza y copas, para no hacer perro muerto, que más de una vez lo hicimos y eso es parte de la vida”. Pepe Lucho destaca la solidaridad de esos años entre los visitantes y lugareños de la zona. “A los días ya eras amigo de todos e intercambiabas cosas con ellos, pero lo que no le dabas a nadie eran los cigarros. Se consideraban sagrados porque la mayoría fumaba, entonces darlos así por dar ni cagando” (sic) .

Aprendizaje a base de la experiencia

Durante los fines de semana de su juventud, Pepe Lucho recuerda una visita ilustre en su hogar. Nibaldo Mosciatti, fundador de Radio Bío Bío, iba a su casa a jugar ajedrez con su padre, dado que fueron compañeros en el colegio y conservaron una amistad duradera. En una de estas instancias, Mosciatti le ofrece a José Luis grabar música en la emisora, esta oportunidad les permitió forjar una cercanía, tanto en lo personal como en lo profesional. “Me ofreció ser su chofer personal, y en ese tiempo, él empezó a crear los famosos juegos electrónicos Gioco. Las máquinas llegaban en barco y yo las iba a buscar. En la noche, los técnicos las programaban y yo tenía la suerte de probarlas”, relata.

José se considera una persona afortunada por todas las experiencias que le ha otorgado la vida. Pepe Lucho junto a Antonio Ríos, cantante argentino. Imagen de cortesía de José Luis Bastias.

Después de ser su chofer, incursionó en el área de programación, y luego de un tiempo, permaneció en prensa. Por la radio, Pepe Lucho gozó de momentos inolvidables que recuerda con admiración: “Gracias a los medios de comunicación, he tenido la dicha de conocer a muchos cantantes famosos. En la emisora tenías a los artistas al lado, para ti solo y eso no tiene precio. Conocí a Pandora, Myriam Hernández, Alberto Plaza. Entre los internacionales, tuve el orgullo de estar ahí abrazado con el Puma Rodríguez, José Luis Perales, Raphael y estuve dos veces con Silvio Rodríguez”.

Actualmente, se encuentra trabajando como chofer en el canal TVU, lugar en que inició con reemplazos de semanas, que se transformaron en meses y sin darse cuenta, lleva 21 años prestando sus servicios al medio.

De hijo a padre de familia

Su pasión y dedicación por los medios de comunicación permitieron que, a través de una amiga en común, José Luis y Francis se conocieran, dando inicio a una nueva historia de amor.

Lo que reforzó el vínculo fue la llegada de su hija Renata, la cual Pepe describe “como un milagro de Dios”. Asimismo, comenta que en ese entonces era poco común que los padres asistieran al parto. Pese a ello, él estuvo presente y desde el instante en que la tomó en sus brazos sintió una conexión y sentimientos inigualables. “Ese fue el mejor momento de mi vida, ver que saquen a tu bebé y te la pasen. Ya ahora de grande algunos lo toman como rutina, pero es tan valioso que de la nada llegue y te diga te amo, todo lo malo del día se compensa con esas palabras”, relata Pepe Lucho.

Pepe Lucho, he is a good man

Pepe lucho es una persona célebre entre los medios de comunicación de Concepción, a tal grado que periodistas crearon un diccionario con modismos que utiliza a diario. Foto de autoría propia.

José Luis es simplemente un nombre registrado, pues Pepe Lucho encarna su forma de existir. Un hombre carismático, que no tiene miedo de expresar sus sentimientos y emociones con sus cercanos. Cada anécdota que narra en detalle hace reír a carcajadas a cualquiera que lo escuche, quienes trabajan con él recuerdan con gran alegría cada relato cómico que cuenta.

Compañerismo es el valor que lleva consigo Pepe Lucho. Cada persona que lo conoce, lo describe como un ser icónico, memorable e imposible de olvidar. José Luis Bastidas, sin duda alguna, un hombre de mundo.

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