Jóvenes universitarios y el consumo de drogas: un análisis profundo de la realidad chilena

Jovenes universitarios fumando droga marihuana

Según SENDA los estudiantes universitarios consumen el doble que los escolares, ¿Qué se esconde detrás de esta problemática nacional?

En las aulas, existe una silenciosa realidad que persiste en la vida de muchos: el consumo de drogas. Este fenómeno ha sido objeto de preocupación por los efectos que puede tener en los jóvenes.

En Chile es sabido que existen grandes tazas de uso de distintos tipos de estupefacientes por parte de la población. Sobre todo en los adolescentes, dificultades que les podría seguir en las siguientes etapas de la vida.

Las sustancias comunes ingeridas por los universitarios chilenos son el alcohol, la marihuana, la cocaína y los tranquilizantes. Si bien cada una de estas tienen efectos distintos, comparten el potencial de generar adicción, deterioro de la salud y dificultades en el funcionamiento diario de quienes las consumen. El fácil acceso a estas drogas, la presión social y la búsqueda de experiencias emocionales intensas son algunos de los factores que aportan a esta problemática.

La relidad detras de las estadisticas

Antonia Vergara, estudiante de Educación Parvularia, nos comenta, “empecé a tomar a los 15 y fumar marihuana, pero no fumaba seguido hasta que cumplí 16, en pandemia mi salud mental se deterioró y fui adicta a la clona como por un año y medio. Fui al psiquiatra y me dieron sertralina de 100 y me sentía como zombie, después empecé a probar otras drogas. Cuando me fui en pálida por primera vez quedé con brote psicótico”.

Estudiantes con drogas. Imagen cortesia de DIario Concepción

La estudiante entrevistada nos relata que desde pequeña tenía diagnosticado trastorno del pánico y ansiedad generalizada, también mencionó que tal vez consumo a temprana edad afloró otros problemas que la llevaron a automedicarse con opiáceos.

El abuso de estimulantes entre los adolescentes no es exclusivo de Chile. Pero diversos estudios nos sitúan entre los primeros cinco países con mayor empleo de narcóticos a nivel mundial, abarcando no solo el alcohol y la marihuana, sino también sustancias más peligrosas como la cocaína y fármacos restringidos.

Existen distintos puntos de vista, que relacionan al tiempo universitario con la utilización de estupefacientes. Según algunas personas el ambiente de pregrado genera situaciones sociales que incentivan el consumo. Sin embargo, para otros es totalmente lo contrario, pues encontrarse estudiando puede ayudar a dejar parcial o completamente su uso.

Pedro Martínez, estudiante de Gastronomía, afirmo que el ambiente universitario no fue algo que impactara negativamente, de hecho, siente que le ha ayudado a bajar la frecuencia en la cual fumaba tabaco y marihuana.  

En cambio, para el estudiante de Periodismo, José Miguel el entorno sí influyó en el uso de drogas, conversando con él nos expuso: “Que haya muchos estudiantes y todos seamos jóvenes, creo que ayuda a que un grupo grande de personas que toman o han consumido marihuana se reúnan. Por eso la vida universitaria lleva a que en los momentos fuera de clases se pueda llegar a probar drogas. En mi caso solo marihuana, pero en ese ambiente he visto consumidores de otras drogas”.

Drogas un problema a futuro

Más allá de los efectos a corto plazo, como la disminución del rendimiento académico, problemas de concentración y ausentismo, existen repercusiones a largo plazo que no deben pasarse por alto. El uso de drogas puede desencadenar trastornos mentales como la depresión y la ansiedad, dificultades en las relaciones interpersonales u ocasionar cuestiones psicológicas más graves.

Gloria Uribe, psiquiatra, ha atendido a estudiantes quienes han acudido por su ayuda debido a problemas psicológicos, relacionados con el estrés, depresión y ansiedades, que en ocasiones tienen el factor de consumo de sustancias. “Uno de mis pacientes consumía marihuana en exceso, eso se lo intentamos contrarrestar con otros remedios para la adicción. Resulta que estaba en una profunda depresión debido al abuso de la marihuana lo que generó un desequilibrio en su sistema de recompensa”.

Chica con aislamiento social. Imagen cortesia de IDB

Deben existir sistemas de concientización, tratamiento y apoyo psicológico efectivos, para combatir las adicciones. Sin embargo, persisten desafíos en cuanto a la concienciación y la educación a temprana edad por tabúes sociales.

Los entrevistados coincidieron en que empezaron entre los 15 y 16 años, generalmente iniciando con alcohol o cannabis, lo que refuerza la importancia de campañas y educación a una temprana edad sobre el uso de drogas.

En resumen, el consumo de drogas por universitarios es un problema que se arrastra desde la época escolar y que puede reforzarse en la universidad. La prevención, el tratamiento y el apoyo continuo son pilares fundamentales para que no se vuelva una problemática en su vida cotidiana. Visibilizar y buscar medidas distintas para manejar las situaciones son parte de las soluciones para quienes ven estas sustancias como una vía de escape.

Propaganda para la prevencion del conusmo de drogas. Aporte de SENDA
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