Cómo la Real Academia Española me arruinó la vida

Dominar una lengua extranjera siempre será un reto. En cualquier etapa de la vida, es importante aprender nuevas formas de comunicarse, ya sea para conocer gente nueva, conseguir oportunidades de trabajo o viajar a un país desconocido sin morir en el intento.

Lo mencionado anteriormente son grandes desafíos ¿es necesario hacerlos más complicados? Al momento de estudiar un idioma hay que manejar cuatro habilidades: leer, escribir, escuchar y hablar. Interactuar en otro dialecto es una gran herramienta, pero cuando conversamos existen varios factores que ignoramos.

Al platicar, no nos damos cuenta si un punto está bien puesto, tampoco contamos cuántas veces repetimos una palabra, y si sucede no pasa nada.

En cuanto a la estructura del español, ya es suficientemente complicado poder utilizar los tiempos verbales correctos, como para que tengas que fijarte en si las palabras se escriben con v o b. La culpa de esto la tiene la Real Academia Española, que se encarga de promover el buen uso del español.

El lenguaje crea realidades.
(foto: cortesía Freepik)

¿Conoces la palabra pretérito pluscuamperfecto? La verdad es que yo no, y probablemente tú tampoco. Esta lengua ya posee diferentes formas de referirse al pasado, presente, y futuro, para que además tengamos que fijarnos en la acentuación correcta ¿pero alguien se fija si lo utilizamos de forma adecuada? Yo opino que no.

La RAE se encarga de crear todos estos líos, ya que nos ordena a escribir de determinada manera con tal de conservar el idioma. No creo que esto sea necesario, ya que podemos moldear nuevas realidades a partir de nuestra forma de comunicar, dejando de lado lo que dice la academia.

En resumen, la Real Academia Española arruinó mi ortografía y de paso mi vida.

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