Nike fue encargado de preparar los uniformes para los atletas que se presentarán en los Juegos Olímpicos este 2024 y fallaron espectacularmente con los femeninos.

Una total desgracia el ver únicamente uniformes pegados a la piel, cortos y demasiado reveladores para las atletas de los próximos juegos.

Son competidoras de alto rendimiento que pasan su vida entrenando para este evento sacrificando lo necesario para llegar y quedaron reducidas a sus cuerpos.

Cambio en los uniformes

Ya hemos visto estos cambios durante los años: los leotardos de gimnasias más pequeños, voleibolistas de playa en lo que podría pasar por ropa interior, basquetbolistas y futbolistas en uniformes entallados.

El único deporte en el que las mujeres están logrando mantenerse más cubiertas que los hombres es la natación, lo cual no creo que dure mucho tiempo con la imaginación de estos diseñadores al mando.

Las opiniones en redes sociales son que lo hacen por la falta de apoyo y enganche que tienen los deportes femeninos en general, y yo estoy de acuerdo.

Nos alejamos del deporte

El sexo vende y también llama la atención; el hecho de que hicieran estos uniformes tiene a la gente hablando de las deportistas de los olímpicos, lo cual es positivo, pero la cosificación de la mujer jamás estará bien.

Además de que no todas las deportistas, aunque sean de alto rendimiento, son de la contextura atractiva convencional, las lanzadoras de bola, las luchadoras, las levantadoras de pesas. Todas estas especialidades reciben constante crítica por parte del público por no tener un cuerpo tradicionalmente atlético, lo cual solo crecerá con estos uniformes.

Nike dejó claro que hay más opciones para todas las deportistas y que tendrá una modista para aquellas que quieran hacerles arreglos a sus trajes, pero de todas maneras el daño ya está hecho.

Las fotos de promoción fueron con los trajes más polémicos, demostrando lo fácil que es quitar la atención del deporte en sí y enfocarlo en que una mujer es la que estará participando, arruinando el punto de los olímpicos.

Renata Zúñiga M.

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