La comedia puede servir como forma de terapia tanto para los espectadores, como para el propio humorista.

El rol del bufón o del comediante ha existido desde la antigua Grecia, donde estos personajes animan a las multitudes, sin embargo, hay que cuestionarse cómo estas personas mantienen su salud mental. ¿Acaso es una careta donde solo proyectan lo bueno y lo chistoso? O solo es un the show must go on constante.

Juan Cea, también conocido como JovenIlluminati, comediante oriundo de Concepción señaló que: “Yo creo que cuando te dedicas 100 % a la comedia tienes hartos espacios para distribuir el tiempo como gustes. Distinto es estar en una oficina, por ejemplo, siento que es distinta la libertad en situaciones estresantes, pero tiene como factor de dificultad los periodos de ocio, los que pueden jugar en contra”.

Tener la vida fuera de la pega

Cuando uno tiene mucho tiempo libre también existe un factor de autosabotaje, con el cual uno tiene que luchar constantemente, al menos así explica Cea, señalando que para mantener su estabilidad trata de hacer cosas que le gustan y alejarse un poco de la comedia. Indica que es como una persona que está constantemente pensando en su trabajo, en palabras del comediante “es como si alguien que se desempeña en un hospital esté viendo todo el día cosas de este”.

Cea afirmó que: “Hay que añadir que también es un trabajo con harta frustración, uno tiene que contar con mucha tolerancia y saber mantener estados de ánimo”. De esta forma indicó que tiene que mantener el estoicismo dentro de esta labor. Hay que añadir también que, a pesar de no tener que estar pensando todo el tiempo en comedia, el humorista señala que su trabajo surge, entonces tiene que también tener ojo con lo que puede ser chistoso y mantener un balance con su estabilidad.

Del otro lado del escenario

Valentina Vidal, espectadora regular de comedia,
indicó que: “Descubrir el mundo del stand up, fue como potenciar la personalidad que tengo. Antes solo conocía a los clásicos humoristas que iban al festival de Viña y no me hacían tanta gracia”. También señaló que encontrar comediantes acordes a ella mejoró de forma significativa su estado de ánimo.

“Después de ver shows de comedia siempre quedas con energía, porque igual existe cierta complicidad entre los asistentes del espectáculo. De esta forma, a pesar de estar mal, el ambiente, el humorista y todo lo demás te termina subiendo la moral”, declaró Vidal.

El humor como forma de terapia

Pamela Vaccari Jiménez, profesora de Psicología Social de la Universidad de Concepción, mencionó que: “La comedia puede ser utilizada como un tratamiento, resguardando el contenido de estos espacios de ocio que se abren para personas que puedan tener algún problema de salud mental”.

También, la docente indicó que: Generalmente un comediante puede tener la capacidad para proyectar y entrar en ciertos estados de ánimo para personificar las situaciones que ellos están relatando de manera divertida”. En este sentido, la profesional señaló cómo estos espectáculos producen reflexiones mucho más rápido que alguna pedagogía.

En general, la docente sugirió que la comedia puede ser además de un lugar terapéutico, un espacio de reflexión donde las críticas que esbozan los humoristas resultan en momentos catárticos para  espectadores y el propio intérprete.

Un rubro que está muy relacionado con la actuación, debido a que en el escenario se toman distintos roles u entonaciones. Tanto Cea y Vaccari coinciden en que debe haber cierta estabilidad para poder subirse al escenario.

Otro punto importante que mencionó el comediante es que es difícil ser creativo cuando uno no está bien. En sus palabras es algo directamente proporcional en el sentido de cómo las cosas fluyen.

Valentina Vidal por su parte afirma que nunca ha dejado de consumir comedia, en especial en situaciones emocionales complejas. Principalmente considera que es terapéutico darse un espacio para solo reír y despreocuparse de lo demás.

Estrategias para resguardar la salud mental

Es importante contar con una red de apoyo en estos casos, principalmente tener personas para poder expresar los problemas del comediante. También hay que destacar a la comunidad de humoristas quienes se entregan protección mutua tanto anímicamente, como creativamente.

“La gente que te rodea siempre tiene que estar tirándote para arriba, abandonar las relaciones tóxicas”. Mencionó Cea, añadiendo que es importante que la escena cómica también se apoye entre sí.

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