Los ecoductos y su lucha contra los atropellos

Los ecoductos se pueden apreciar al viajar por distintas carreteras a lo largo del mundo. Lamentablemente, no se encuentran en Chile. Sin embargo, podría ser una solución a una problemática que presenta la convivencia del humano con la fauna: los atropellos. 

Según el medio Ladera Sur, entre 2018 y 2019 se registraron 1700 animales atropellados. Esta estadística podría ser mayor ya que, no todos dan aviso cuando impactan a un animal ni existe un procedimiento claro sobre qué hacer. Además, existen especies carroñeras que se comen el cuerpo, por lo que también desaparece la “evidencia”. 

Sin embargo, estos choques también pueden tener un impacto en el ser humano. En base a los datos entregados por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), hubieron 8 295 colisiones en carreteras causadas por animales en la vía. Estos hechos dejaron 4 578 personas con lesiones y 58 muertos. Además, hay que considerar que, en el caso de sobrevivir, el auto se debe arreglar, conllevando un importante gasto económico.

La situación es fatal tanto para la fauna como para la gente, por lo que no es algo que se deba posponer para evaluar después la instalación de los ecoductos. Sin embargo, también se debe considerar que la intervención sea lo más natural posible, por difícil que suene.

La situación nacional

En Chile, existen carreteras que atraviesan o limitan por parques nacionales, reservas y monumentos naturales. Según una nota de CONAF, para 2023 habían 2 000 kilómetros de autopistas en 47 áreas silvestres protegidas por el estado de Chile. Durante el 2010 y 2018, se reportaron 429 ejemplares de fauna nativa atropellada a lo largo de esta extensa red de caminos.

De este número, las especies con mayor incidencia de atropellos era el picaflor chico, en estado de “preocupación menor”; el zorro culpeo y chilla, en estado de “preocupación menor”; la culebra de cola larga y corta, en estado de “preocupación menor” y “casi amenazada”, respectivamente; chingue, en estado de “preocupación menor”; el pudú, en estado de “preocupación menor”; el huemul, en estado de “en peligro”; y el guanaco, en estado de “preocupación menor”.

El espacio verde con más kilómetros de carreteras está en la Región de Arica y Parinacota: el Parque Nacional Volcán Isluga, con 258 en total. Además, esta región tiene un 35 % de los km que cruzan por áreas silvestres con protección estatal. La Patagonia chilena (desde Los Lagos hasta Magallanes) tiene un 23 %. 

Estas rutas, que en cierto rigor fragmentan los hábitats de los animales, no cuentan con ecoductos o pasos de fauna. Sólo existen señaléticas de tránsito para aminorar la velocidad y estar atento al camino, además de letreros que en algunos casos especifican qué especies se pueden encontrar para conducir con precaución.

Los ecoductos en Chiloé

Sin embargo, una puerta se abre en la materia de los ecoductos en Chile. En la gira del presidente Gabriel Boric por la isla de Chiloé en enero de 2024, el mandatario anunció que la construcción de la vía de alto estándar para la ruta entre las localidades de Chacao y Chonchi considera pasos de fauna. 

Los ecoductos construidos en la ruta intentan mitigar los impactos y complementarse con el ambiente que cruzan las carreteras. Este proyecto ensanchará el camino para que sea doble vía y así disminuir los tiempos de traslado. Por esto, resulta fundamental y beneficioso para la fauna la consideración de los pasos exclusivos. 

Revisa a continuación algunos ejemplos de los ecoductos a lo largo del mundo:

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