“Hacerles una foto a los extraterrestres”: la vida del reportero gráfico Isidoro Valenzuela

El penquista lleva casi 30 años con la capturando noticias con su cámara en Concepción.

La vida da muchas vueltas y el ambiente donde se crían las personas no hace más que añadir incertidumbre en el destino. Este es el caso del penquista Isidoro De La Cruz Valenzuela Muñoz, un fotoperiodista, que comenzó alejado de las cámaras, pero que ahora a sus 66 años es de los pocos reporteros gráficos que trabaja en medios que quedan en Concepción.

EL lugar donde crecen las personas es un factor determinante en la vida de las personas. Valenzuela creció en Camilo Henríquez con Lientur y es el tercero de cuatro hermanos. Su madre era costurera mientras que su padre era carpintero, que eran oficios comunes en aquella época.

Pichangas en el barrio

Valenzuela estudió en el Colegio República del Perú, de ese tiempo recordó con cariño que después de sus clases se juntaba con sus amigos del barrio para jugar pichangas diez contra diez. “Lientur, en ese tiempo era tierra, usábamos una pelota de plástico y estábamos hasta las 19:00 u 20:00. Después nos venían a buscar y uno estaba todo traspirado y no había agua caliente para ducharse”, relató el reportero.

Los amigos del barrio a veces toman diferentes rumbos en la vida y no vuelven a verse, pero Valenzuela contó que aún tiene un grupo de amistades de aquella época. “Una vez nos reencontramos en el campo de un compañero al que le fue bien y ahí estuvimos todos recordando cosas de cuando chicos, por ejemplo, cuando arrendábamos bicicletas”, recordó el fotógrafo.

Cuando Valenzuela salió de enseñanza básica se preguntó dónde seguiría estudiando, en el Colegio Salesiano o en el Liceo Industrial de Concepción. El reportero se decantó por la segunda opción porque le gustaban los ramos técnicos y no tenía buenas notas. De esta manera, le dio paso a su hermano, que tenía mejor desempeño académico, para ir al otro establecimiento educativo. El penquista terminó secundaria como mecánico industrial, sin embargo, nunca ejerció como tal.

Continuar los estudios era difícil para Valenzuela, pues su mamá se había separado, por lo que por factores económicos no podía ir a la educación superior. En ese sentido, el reportero comentó que “antes no llegaban como ahora en manada, en bloque entero, actualmente se da mucho que los hijos de uno son la primera generación en entrar a la universidad”.

Buscando trabajo en plena dictadura

Cuando Valenzuela salió del Liceo comenzó a buscar trabajo inmediatamente, esta tarea no fue fácil en medio de la dictadura chilena porque tuvo muchas trabas. Una de sus malas experiencias fue postulando para ser brigadista de CONAF (Corporación Nacional Forestal): «El compadre me dice: ¿usted es soltero o casado? Esto es solo para los casados. Respondí preguntando ¿es un pecado ahora estar soltero? Me dijo sí, en este momento sí, y me fui a la casa”, relató el reportero.

Uno de los primeros trabajos que Valenzuela realizó fue de gerente de carretilla en una construcción. Sin embargo, solo estuvo ahí durante seis meses, luego de eso no dejó de buscar sustento, por lo que pasó por diferentes lugares, entre ellos una sastrería, una lavandería y un supermercado.

Isidoro Valenzuela se acercó al mundo de la fotografía de una manera poco común, el primer encuentro lo tuvo trabajando en el control de calidad de Kodak Chile. Es en este lugar, donde el fotoperiodista educó su ojo durante siete años, incluso, llegó a ocupar la primera máquina C-41 para revelar imágenes a color.

La carrera de Valenzuela continuó en los laboratorios de revelado del diario El Sur. “Los gráficos éramos siete y me pasaban los rollos, los revelaba y después me decían que escoja la foto, confiamos en ti”, contó el reportero. Después de estar 11 años trabajando con material que le entregaban, cuando El Mercurio adquirió el medio penquista, su jefe le dijo que estaba listo para salir a la calle.

El primero en llegar a la fotografía

Quizás con el celular es difícil recordar cuál fue la primera imagen que uno captura porque tenemos mayor acceso a las herramientas para realizarlo. “La primera foto que hice fue en Kodak, mi sobrino estaba haciendo el servicio militar y le tomé una con Patricio Aylwin, esa vez que me hice pasar por prensa, siempre he sido así de pasado para la punta”, recordó Valenzuela. Esa actitud, que describió al final, es un factor clave para su trabajo de fotoperiodista, lo que lo llevó a registrar con su cámara momentos únicos.

El trabajo de un reportero gráfico consiste en estar atento día y noche.
Fotografía cedida por Isidoro Valenzuela.

Valenzuela recuerda de una manera muy crítica la primera imagen que capturó trabajando para El Sur: “Era una foto penca, estaba en la casa de mi hermano y hubo un accidente camino a Coronel, fue la primera captura que hice para el diario y fue portada”.

Desde que el reportero comenzó a trabajar como tal, hace 28 años aproximadamente, ha tenido la oportunidad de registrar muchas cosas. Uno de los aciertos que contó Valenzuela fue que “la primera foto que se tomó para el terremoto fue mía, fue a las 04:55 de la mañana, cayó todo el puente y se incendiaron los autos”.

Otro de los trabajos que el penquista destacó fue el último registro del líder de Los Prisioneros en pie. “Lo caché que andaba tosiendo y todo, cuando me ve el manager se pone delante de él y me dice no le saques foto porque no viene bien, yo ya tenía las capturas hechas y se fue. Fui el último gráfico que vio a Jorge González cuando estaba bien”, concluyó Valenzuela.

Fotografiar el mundo

Los años trabajando en distintos medios han llevado a Valenzuela a conocer muchos lugares y personas. “Un día puedes estar con el presidente y otro día con el compadre que lustra las botas, todos los días es algo distinto”, destacó el reportero.

Una de las cosas en la cual hizo hincapié el reportero fue la cantidad de músicos que ha podido conocer y fotografiar, algunos de los cuales escuchó cuando era pequeño. Esa misma línea lo llevó a tomar registros de artistas de la talla de Elton John o Tom Jones, último a quien admira mucho, sobre todo porque era muy amigo de otro de sus favoritos: Elvis Presley.

Fotografía de Messi
Valenzuela ha cubierto múltiples campeonatos de fútbol, Mundiales Sub-15, Sub-17, Sub-20 e inclusive la Copa América.
Fotografía cedida por Isidoro Valenzuela.

Otra de las áreas que le encantan al penquista y ha podido conocer de cerca es el fútbol. “Una de las mejores fotos que tengo es en la Copa América, donde Messi sale abrazado con Higuaín y los jugadores de Paraguay arrodillados y derrotados”, contó emocionado Valenzuela.

El reportero incluso ayudó, sin quererlo, a algunas personas en el contexto del estallido social de 2019. “Tomé una foto donde había una niña que estaba curando a los que les habían disparado y la publicamos en la portada del diario. Al otro día vinieron de la Policía de Investigaciones (PDI) a preguntar quién tomó la imagen porque esa niña llevaba como cuatro días perdida y gracias al registro la encontraron”, relató Valenzuela.

Lo que queda por hacer

Ser reportero gráfico también implica estar expuesto a riesgos, como en el estallido social.
Fotografía cedida por Valenzuela.

La trayectoria de Valenzuela es bastante larga y tiene muchas experiencias, sin embargo, aún hay cosas que no ha logrado fotografiar ni hacer. “Mi sueño es ser corresponsal de guerra (…) lo otro sería hacerles una foto a los extraterrestres, yo siempre he creído en eso. Decirles que no es para publicarlo, pero lo importante es que esté”, relató el reportero.

Finalmente, el fotógrafo expresó que nunca ha tomado y publicado una mala foto de alguien y en esa línea ha tenido el cuidado de tratar bien a todos. Esto va con su filosofía de vida, de la cual Valenzuela destacó que “hay un proverbio chino que a mí siempre me ha servido: cuando vayas subiendo la cumbre, siempre anda saludando a la gente que vayas dejando en el camino, porque cuando tengas que caer, ellos te tenderán la mano”.

Escrito por: Sebastián Contreras y José Herrera

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