Consumo de tabaco en estudiantes de la Udec

A propósito del día mundial sin tabaco, que fue este viernes 31 de mayo, tres jóvenes estudiantes de Ingeniería de la Universidad de Concepción contaron sus historias como exfumadores ocasionales.

Puberto, 12 años tenía Alexandros Markodimitrakis, estudiante de Ingeniería Civil de Minas, cuando consumió tabaco por primera vez en un entorno en que “el que fumaba cigarro era el más bacán”.  Su apresurada decisión le implicó tener que afrontar una adicción que se situó entre los 13 y 15. “Tener un cigarro en la mano me ayudaba a controlar la ansiedad e incomodidad cuando tenía que compartir con gente”, explicó el joven.

Logró dejar el hábito de fumar durante algunos años más, pero recayó en el mismo problema a los 22, lo que le trajo consecuencias económicas, físicas, sexuales y de salud bucal. Alexandros detalló qua “para superarlo decidí poner metas pequeñas para ir reduciendo mi consumo gradualmente. Según mi experiencia, dejar de hacerlo completamente de un día hacia otro termina resultando peor. Lo primero fue no comprar cajetillas, luego, no gastar dinero, después, aceptar solo si es que alguien me ofrecía. Así hasta que me di cuenta de que no quería ni lo necesitaba”.

«Todo servía como excusa para fumar»

Valentina Monsalves de Ingeniería Civil Metalúrgica tenía 16 años cuando aceptó un cigarro de parte de sus amigas al salir del colegio. Ella recuerda que “no lograba fumar adecuadamente debido a la inexperiencia, por lo que hacerlo bien se convirtió en una especie de meta. Al principio consumía solo por gente, así que me percaté de que tenía un problema cuando empecé a hacerlo por costumbre estando sola”.

“Había ciertos patrones y/o contextos que actuaban como desencadenantes. Tener días que propiciaran las distracciones me instaba a consumir, estar todo el día en casa o incluso el clima. Por algún motivo, en las estaciones frías me daban más ganas de fumar que en las cálidas”, comentó la universitaria.

Un proceso al que le siguió convertir este sencillo acto en un hábito infaltable en cada cosa que hacía, indicó que “cualquier actividad servía como excusa para fumar. Especialmente las cotidianas como desayunar, descansar o comer. El punto más degradante al que caí fue cuando salía a la calle para encontrar gente que me diera tabaco o recurría a prender las colillas del suelo”. Un día se percató de que el piso de su cochera estaba lleno de cigarros, asombro que “sirvió como punto de inflexión que me llevó a reducir mi consumo hasta ponerle fin. Actualmente, el cigarro me da asco”.

«La pandemia influyó mucho»

Carlos Espinosa, quien es compañero de carrera de Valentina, tenía 15 años cuando decidió probar por primera vez al salir de una jornada de colegio, influenciado por un entorno social en que todos sus amigos fumaban. Experiencia que, cuenta, le resultó “desagradable”. No fue hasta mucho después, a los 18 años, que le tocó experimentar una dependencia al tabaco. El joven relata que “me ayudó a sobrellevar el estrés durante la pandemia, siendo esta la época en que más consumí llegaba a fumar 10 cigarros diarios.

“El ambiente en que uno suele estar con más frecuencia es determinante. No solo respecto a lo social, cuando estaba en la Universidad Andrés Bello reduje mucho este mal hábito. Empecé a fumar un poco más cuando me cambié a la Universidad de Concepción, debido al ambiente libre que hay en la Udec. Aunque moderadamente a comparación de la pandemia. expresó Carlos. Finalmente, concluye que lo que más le sirvió para reducir su consumo fue “estar siempre ocupado fuera de mi casa y zona de confort”.

 A propósito del COVID-19. Abraham Rivas, vendedor de tabaco que se ubica en la Plaza Perú, manifestó que “hay una gran diferencia en la cantidad de ventas pre y post pandemia. Antes mis ventas eran mas bajas que ahora. Lo otro, es que ha aumentado más el consumo de personas jóvenes”.

De acuerdo con lo contado por los estudiantes, los entornos sociales son la mas grande influencia. El proceso hacia la dependencia o adicción continúa convirtiendo esta acción en algo mecánico. Posteriormente, crece hasta llegar como algo que “te agarra desprevenido”, haciendo que alguien se pregunte cuando comenzó a fumar tanto, como si de una laguna mental se tratase. Finalmente, es importante hacer hincapié en algunos de los consejos que mencionaron los entrevistados para reducir el tabaquismo o dejarlo según sus propias experiencias, que son hacer deporte, tener un filtro social, no terminar el tabaco o cigarro entero, e ignorar las herramientas que permiten acceder a fumar.

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