Hablemos de aborto… de nuevo

El presidente Boric el pasado 1 de junio en su tercera cuenta pública anunció un nuevo proyecto de ley de aborto libre.

Con esta declaración se volvieron a abrir las conversaciones y el debate sobre el aborto libre, ¿qué tan conveniente es?, ¿dónde queda la moralidad?, lo peligroso que podría ser hacerlo una realidad, etc. 

Aunque este debate continúe, la situación está clara: el aborto libre es una necesidad. Según el Instituto Chileno de Medicina Reproductiva, se hace una aproximación de 60 000 a 70 000 abortos clandestinos al año. Esta cifra es ignorando los 3 600 abortos legales que se han hecho en los seis años de vigencia de las tres causales.

El avance que ha hecho la legislación chilena es claro y positivo, pero, aun así, insuficiente, ya que incluso con esta medida las causales no siempre terminan siendo respetadas.

Problemas con las tres causales

En la primera causal, la violación tiene que ser comprobada como un acto violento, lo que puede demorar meses, llegando a sobrepasar el tiempo estipulado para la interrupción legal del embarazo.

La segunda es la que suele ser más respetada, ya que la vida de la mujer se encuentra en peligro y se adhieren a los principios éticos de beneficencia y no maleficencia de los profesionales de salud.

Y en la tercera, cuando el feto viene con algún tipo de inviabilidad para la vida extrauterina, no todas las malformaciones vitales se encuentran dentro de la ley, como por ejemplo la agenesia renal bilateral, que es la falta de ambos riñones.

Imagen de radio.uchile.cl.

Para evitar estas circunstancias es vital que se apoye la legislación del aborto libre, como lo comentó Alina Calderón, estudiante de Obstetricia en la Universidad de Concepción. “Como futura profesional especializada en la salud sexual y reproductiva de las personas, considero que un aborto no es un proceso sencillo, conlleva una gran carga emocional, ninguna mujer debería verse obligada a dar a luz y ser madre si esta no lo desea, por lo tanto, es nuestro deber darle las herramientas para decidir sobre su cuerpo de forma segura, y esto es lo que garantiza este proyecto si es aprobado.”

Opiniones de futuras profesionales de la salud

Al preguntar opiniones a diferentes estudiantes del área de la salud, nos encontramos con un consenso de lo necesaria que es la legislación de la terminación del embarazo de manera libre con tal de acabar con los abortos clandestinos, los cuales tienen muchas más consecuencias.

“Se disminuirá la muerte por abortos clandestinos y los daños que pueden causar porque las pastillas como el misoprostol tienen demasiados efectos secundarios que, aunque es más seguro que un método quirúrgico clandestino, no deja de ser dañino para el cuerpo. Es una realidad que los abortos clandestinos existen y seguirán existiendo mientras sea ilegal”, comentó Yael Briones, estudiante de Medicina de la Universidad Andrés Bello.

“Como estudiante de la salud, no encuentro ético el negar tratamiento médico por tabúes externos, hay una agrupación que orienta a las mujeres que toman esta decisión, la cual conozco, y en los cinco años que llevo de estudios he dado el dato a cinco mujeres que se han visto en la necesidad, algunas realmente cercanas y si me viera nuevamente en la situación lo volvería a hacer”, dijo Valentina Ojeda, estudiante de Enfermería de la Universidad de Concepción.

Imagen de humanas.cl.

El trato que reciben las personas que se hacen abortos clandestinos de parte del personal de salud puede variar, si tienen suerte, son tratadas con respeto y se les otorga la ayuda necesaria, por otro lado, pueden ser juzgadas, señaladas, agredidas verbalmente e incluso pueden negarles la atención al ver que vienen con una pérdida reproductiva si sospechan que fue realizada a propósito, la decisión ya de por sí es complicada y el procedimiento clandestino doloroso y no deberían soportar malos tratos de aquellos que deberían ayudarlas”, agregó Alina Calderón.

Aborto clandestino

La realidad del aborto clandestino no puede ser ignorada, hay diversas asociaciones feministas que otorgan asesoría, acompañamiento y lo necesario para realizar un aborto de la manera más segura posible en la ilegalidad, normalmente el proceso es con farmacéuticos especializados, pero sin supervisión médica, los efectos secundarios pueden llegar a ser mortales tanto para el feto como para la “madre”.

Lamentablemente, también nos encontramos con la otra cara de esta clandestinidad, en donde la desesperación y desinformación supera a las embarazadas y toman medidas drásticas y peligrosas como objetos cortopunzantes dentro del canal vaginal para provocarse abortos, lo que genera infecciones, hemorragias e incluso la muerte en algunos casos.

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