De la juguetería a DBS: la obsesión por la apariencia física en niños

El querer replicar conductas que ven en adultos no es algo nuevo en preadolescentes. Hace 10 años no era insólito ver jóvenes de enseñanza media fumando cigarros o bebiendo alcohol. Así mismo, hoy no es extraño ver niñas aplicándose maquillaje o siguiendo rutinas de cuidado facial porque lo ven en internet. Pero ¿qué pasa cuando lo que parte en redes sociales termina en la consulta médica?

“Aquí el problema no es que estén preocupadas de cuidarse la piel, sino que están usando productos inadecuados para la edad que tienen”, sentencia Javier Larraín, dermatólogo del centro médico Alta Salud en Los Ángeles. Cuenta que las consultas por dermatitis irritativa en preadolescentes por el uso de cosméticos y productos antienvejecimiento han aumentado significativamente. La era del coronavirus intensificó este fenómeno, época en que los influencers se convirtieron en una de las pocas fuentes de entretenimiento disponibles debido a las cuarentenas y el distanciamiento social.

Lo que alguna vez fue anécdota se convirtió en algo habitual. Niñas pequeñas, de 4 a 5 años, llegaban a la consulta médica con fuertes sarpullidos por hacer la travesura de sacar el cosmetiquero a escondidas y maquillarse como sus mamás, pero ahora la situación es distinta. Las nuevas jugueterías son tiendas como DBS y Sephora, y ya las niñas no les roban el cosmetiquero a sus madres; tienen el suyo.

Los jóvenes de 7 a 17 años son altamente influenciables por lo que escuchan o ven, y la constante exposición que tienen a redes sociales hace que quieran imitar rutinas de cuidado de la piel sin evaluaciones profesionales previas. Muchos de los pacientes que atiende son casos de preadolescentes que deciden tratar su acné con productos recomendados por amigos o influencers, en vez de asesorarse con algún cosmetólogo o dermatólogo, lo que inevitablemente termina en alergias o cuadros de dermatitis.

Foto: T13

Tratamientos genéricos para necesidades específicas

Los productos antienvejecimiento y despigmentantes, frecuentemente recomendados por ídolos de internet, por ejemplo, “aceleran la velocidad de recambio de las células de la epidermis, condición que es la normalidad en las pieles de niños y jóvenes, y que se va enlenteciendo a medida en que uno envejece”. El uso de estos productos está pensado para personas avanzadas en edad, y su uso temprano puede terminar en un adelgazamiento peligroso de la piel, que provoca irritaciones molestas e incluso la aparición de manchas.

Estas recomendaciones es no toman en cuenta las distintas necesidades de cada tipo de piel. Ese es el principal peligro, porque este niño o adolescente no sabe si su piel es sensible, si necesita exfoliación o no, y así terminan usando aceites o cremas totalmente inadecuadas. El resultado de esto lo vemos en las consultas médicas por pieles irritadas, enrojecidas, descamadas y sensibles.

Javier Larraín, dermatólogo.
Foto: Instagram @javierlarrain.dermatologo

Se está volviendo cada vez más común el ver niñas de 11 años, o incluso menos, ocupando maquillaje para ir al colegio, colocándose uñas de fantasía o aplicándose productos de belleza que resultan dañinos para pieles más jóvenes. El profesor de inglés en enseñanza básica, Diego Gatica, comenta que es habitual ver a sus estudiantes adoptando actitudes que ven en redes sociales: “los niños andan más maquillados que antes, con el pelo teñido, e incluso usando piercings en el colegio”.

La ropa sucia se lava en casa

El docente comenta que no ve alguna conexión importante entre el rendimiento académico de sus alumnos y su entusiasmo por seguir rutinas de belleza o imitar a sus ídolos de internet. Asegura que “esto debería ser algo a tratar con los padres, y no los profesores, lo único que podríamos hacer es regular el uso del celular durante las clases”. Miguel Valenzuela, también profesor de inglés, plantea que hablar de confiabilidad de la información en redes sociales es un tema para discutir en clases de orientación, pero acota que todo lo que ocurra fuera del aula requiere intervenciones por parte del grupo familiar del alumno.

Dejando de lado el área de la pedagogía, el psicólogo Benjamín Saavedra declara que “estar expuesto a estándares de belleza inalcanzables en redes sociales puede afectar negativamente la autoestima”. Señala que la frecuencia de casos de trastornos alimenticios y baja autoestima por la apariencia física ha mostrado un aumento en adolescentes, “posiblemente debido a una exposición más temprana a los cánones de belleza y la presión social en línea”. Sin embargo, lo que más le preocupa es la edad de los pacientes con estas afecciones, que no ha hecho más que bajar.

No hay mal que por bien no venga

También explica que este interés en el auto cuidado y la belleza a una edad temprana “puede llegar a ser positivo cuando se enseña como parte de los hábitos saludables y el cuidado personal, pero puede volverse problemático cuando se enfoca excesivamente en la apariencia física”. Los padres desempeñan un rol crucial en mitigar estos problemas, quienes deben “tener conversaciones abiertas sobre la confiabilidad de la información en línea y promover una imagen corporal positiva basada en la salud, no solo en la apariencia física”.

En línea con las palabras de Saavedra, el dermatólogo Larraín indica que “el mejor skin care para toda la vida son los estilos de vida saludable: alimentarse sano, tomar bastante agua, dormir las horas adecuadas, y realizar actividad física”.

Foto: CNN

Por: Antonia Ferrada.

Antonia Ferrada
Estudiante de periodismo periodístico en la Universidad de Concepción. Quinto año (con asignaturas de cuarto).
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