El futuro del transporte: un poco más de empatía y formación en el volante

La inserción de mujeres en el rubro del transporte público puede ser una oportunidad no solo para mejorar el servicio, sino también para destacar la importancia de una buena formación para todos los conductores, enfocada en el profesionalismo.

Como bien sabemos todos, y en especial los estudiantes, puede ser sumamente estresante intentar tomar un taxibús, dado que se generan diferentes situaciones desagradables. Las más comunes son: cuando simplemente no paran, malos tratos de los conductores y el miedo por ir a una velocidad que claramente no es la permitida. Estas son solo algunas de las cosas que hacen incómoda la experiencia.

Aun con todo esto, hay un elemento en particular que destaca sobre los demás: los choferes. A fin de cuentas, son ellos los responsables de todo lo mencionado anteriormente. Este rubro en particular tiene muchas irregularidades en su funcionamiento y modo de trabajo, lo que impacta directamente en la forma en que se lleva a cabo la labor.

Su sistema de pago por recorrido terminado, así como las exigencias impuestas por los empresarios, genera un ambiente laboral demandante y estresante, afectando a todos los trabajadores. Quizás estas son las razones que provocan los malos momentos que se experimentan.

Actualmente en Concepción hay 9 mujeres conductoras trabajando en el rubro, gracias al Programa de Capacitación de Mujeres Conductoras de la Fundación TPH. Fotografía: Fundación TPH.

Por otro lado, la formación de los conductores es prácticamente inexistente. La falta de preparación para afrontar los diferentes desafíos que se les puedan presentar, especialmente aquellos que requieren empatía o atención hacia las personas, es lo que más hace falta.

Recientemente, se han incorporado mujeres a dicho rubro predominantemente masculino. Este grupo pudo adquirir las habilidades necesarias a través de un programa de capacitación realizado por la Fundación TPH. No solo obtuvieron su licencia, sino que, mediante clases de atención al público, género y legislación laboral, entre otras áreas, lograron certificarse.

Esta nueva iniciativa, que busca impulsar la presencia femenina en el transporte público, puede ser un paso sumamente positivo para su mejora. Además, podría repercutir en la necesidad de una adecuada formación para los futuros conductores, lo que mejoraría el servicio.

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