Las cárceles chilenas actualmente están enfrentando dificultades significativas, como la masiva llegada de nueva población reclusa y el aumento de estafas y otras problemáticas generadas desde dentro, las cuales se están volviendo frecuentes.

La sensación de seguridad en general en Chile es baja, pero se espera que haya una seguridad rigurosa especialmente en los centros penitenciarios, donde están destinados a llegar los delincuentes por diversos motivos y niveles de peligrosidad.

En Santiago, hay 400,000 gendarmes y su población penal es de 5,417,000, lo que genera preocupación debido a que no dan abasto. Un informe del Ministerio de Justicia reveló que Chile cerró el año con un total de 55,000 reclusos, mientras que sus cárceles tienen capacidad para albergar solo a 40,000 personas.

Noticias sobre motines dentro de las cárceles, donde han participado líderes de bandas criminales como el Tren de Aragua y otros delincuentes chilenos, están generando preocupación y se han visto con mas regularidad. Estos incidentes han resultado en ocasiones con varios trabajadores de los recintos penitenciarios heridos.

El hallazgo rutinario de armas en las prisiones, de armas artesanales hasta dispositivos más sofisticados, es una realidad. Son aspectos de las cárceles chilenas que generan debate y plantean dudas sobre si están funcionando adecuadamente o simplemente reteniendo a los presos. Algunos expertos consideran que actualmente este sistema funciona más como escuelas de criminalidad, donde se aprenden todo tipo de delitos.

Aún dentro de las cárceles, existen reclusos con la capacidad de atormentar, extorsionar y amenazar tanto a los gendarmes como a otros ciudadanos, gracias a que disponen de la logística necesaria para llevarlo a cabo.

La necesidad de inihibidores en las cárceles

En las prisiones chilenas es frecuente el uso de teléfonos inteligentes, los cuales llegan a través de diversos métodos, desde lanzamientos hasta drones. El uso de estos dispositivos se ha vuelto habitual dentro de la población penitenciaria, al punto que se pueden encontrar videos de reos en TikTok o siendo activos en redes sociales. Estos hechos han generado preocupación en la población respecto a la seguridad de las cárceles chilenas.

Debido a la crisis de seguridad que enfrenta el país, las cárceles chilenas han tenido que implementar nuevos métodos para resguardar el orden. Una forma de controlar que se cometan ilícitos dentro de las prisiones es la instalación de inhibidores dentro y en puntos estratégicos de los centros penitenciarios. Esta medida busca intervenir las comunicaciones para evitar estafas y coordinaciones de cualquier tipo con el exterior. Este método ya ha sido implementado en cárceles como el Centro de Detención Santiago Sur y el Recinto Penitenciario Especial de Alta Seguridad.

Las problemáticas en las cárceles chilenas son diversas y abarcan tanto aspectos estructurales como sistémicos. Este panorama plantea un debate importante sobre posibles soluciones, como la apertura de más cárceles, la aplicación de penas más severas y la adopción de medidas más restrictivas para abordar los problemas de delincuencia. Pero, ¿serán efectivas estas medidas? En el siguiente mapa puedes revisar los mejores sistemas penitenciarios del mundo y sus características.