Clases virtuales: los efectos en la salud ocular de los universitarios

Chica en una consulta oftalmolpgica.

Según un estudio titulado Global Prevalence of Myopia and High Myopia and Temporal Trends from 2000 through 2050 de Brien A. Holden publicado en la Revista Ophthalmology estima que para la mitad del siglo XXI, una cifra relevante de la población en el mundo padecerá de miopía.

Desde que los dispositivos tecnológicos ingresaron a la cotidianidad del ser humano, estos se volvieron indispensables—y necesarios en la mayoría de los casos—para las personas en las diferentes partes del mundo. La evolución de la tecnología trae consigo herramientas cada vez más avanzadas a medida que estos aparatos se transforman en el tiempo.

Para comunicarse con otra persona, realizar un trabajo, buscar información en internet, aprender una receta, consultar una duda, ver una película o escuchar música se requiere de un dispositivo tecnológico. No es la única vía para acceder a ellas, pero es la primera a la que se recurre y de la que la gente se ha vuelto dependiente. Los entornos sociales, personales, laborales y académicos se han adaptado a esta nueva modalidad.

Los aparatos tecnológicos van logrando avanzar con velocidad a medida que pasan los años y alcanzar un mayor protagonismo en el día a día. Sin embargo, no es lo único, ya que también consiguen apropiarse de la salud ocular de las personas.

Una consecuencia más de la pandemia

Según la OMS, actualmente un tercio de la población en el mundo sufre de miopía.
Fotografía de Bud Helisson en Unsplash.

De acuerdo con una investigación titulada “La salud ocular en tiempos de pandemia“ de Miranza, un 51 % de profesionales consideran que, en los últimos 12 meses del año 2020, aumentaron las dolencias oculares como la miopía o el ojo seco. Además, ha afectado en ello las nuevas prácticas adquiridas durante la pandemia (34 %), entre las que están la baja frecuencia de consultas oftalmológicas (16 %) y el retraso de la asistencia a estas por el confinamiento (91 %). 

Pedro Constanzo Peñailillo, tecnólogo médico, indica que el uso de pantallas digitales tiene más efectos negativos en la visión del que las personas consideran, las cuales pueden ir desde una fatiga visual leve a una afección grave. “Se han realizado hartos estudios, porque la mayoría de los niños usa lentes y ha generado una pandemia de la miopía”. Además, explicó que al estar constantemente frente a una pantalla, requiere que los jóvenes utilicen el proceso de acomodación de la vista al realizar actividades de cerca y con iluminación.

Por otro lado, el profesional menciona: “Hay una interferencia, aunque uno no lo crea, increíblemente con el sueño. Al haber luz de por medio, por ejemplo, cuando uno estudia en la noche o estar con el celular, puede interferir con la melatonina, la hormona que regula ese proceso”.

El uso del computador para todo

Debido al confinamiento producto de la pandemia, los estudiantes alrededor del mundo debieron llevar a cabo el proceso académico de manera remota. En un inicio, se pensaba que sería provisorio, pero que perduró por dos años de forma permanente. Estas medidas de aislamiento afectaron a la población en general, sobre todo a quienes realizaron teletrabajo y clases virtuales como los escolares y universitarios.

El año pasado, en Chile, se realizó un estudio titulado Kids Online desarrollado por la Universidad Católica y la Universidad de Chile, en colaboración con el Centro de Innovación del Ministerio de Educación y UNICEF. Esta investigación señala que un 87 % de los niños y adolescentes encuestados consultan información en internet para realizar tareas escolares.

Rayen Gutiérrez, estudiante de segundo año de Pedagogía en Filosofía, padece de miopía y astigmatismo. Relata que fue diagnosticada de estas afecciones oculares a los tres años y desde entonces utiliza lentes permanentes. Cuando ocurrió la pandemia, la joven se encontraba cursando tercero medio. La alumna indica: “Ahora que entré a la universidad, debo leer muchos documentos largos, los que me dejan con dolor de cabeza casi siempre”. Además, señala que la mayoría de sus trabajos requiere de realizarlos en el computador o con apoyo de una herramienta tecnológica.

En el caso de Antonia Pérez, estudiante de Tecnología Médica en Oftalmología, considera que los problemas más comunes en estudiantes universitarios son la miopía, el astigmatismo y el ojo seco. 

Por otro lado, la joven menciona la regla 20-20-20, la cual consiste en tomar una pausa cada 20 minutos en el momento en el que se está utilizando un dispositivo tecnológico. “Cuando estemos trabajando en el computador o en una pantalla, mirar algo que esté a unos seis metros de distancia  por 20 segundos mientras pestañeamos y movemos los ojos”, señala.

Prevenir antes que lamentar

Según el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales de EE. UU. la luz proveniente de las pantallas digitales provoca confusión en los relojes biológicos. De esta manera, puede generar trastornos del sueño.
Foto de Gabriel Benois en Unsplash.

Según el Instituto Universitario de Oftalmología Aplicada es fundamental la prevención. Es relevante que los pacientes realicen una revisión periódica de su visión con el propósito de diagnosticar las diferentes afecciones que puedan sufrir.

Con respecto a mantener una higiene visual, el tecnólogo médico Pedro Constanzo Peñailillo, señala que esta tiene relación con que las personas se cuiden de factores externos que puedan dañar la vista como es el usar los aparatos tecnológicos. El profesional recomienda cuidar el brillo y la distancia del uso de las pantallas, realizar descansos frecuentes y tener controles oftalmológicos anualmente o cada dos años. 

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