La nefasta normalización de la cultura del ghosting

ghosting

Entre todas las conductas adoptadas en la actualidad, existe una que se ve muy a menudo, especialmente entre los irresponsables afectivamente.

Es bien sabido y asumido que las relaciones interpersonales evolucionan a través del tiempo, en especial si la realidad en la que se desenvuelven también lo hace.

Nos encontramos en la era digital, donde todo es efímero, veloz, al instante, donde nos acostumbramos a que todo comience y, a su vez, termine en poco tiempo. Esto ha trascendido tan profundamente en nosotros que podemos ver esta tendencia hasta en nuestras conexiones humanas, lo cual es horrible por donde se le mire.

Si ya de por sí es mala señal que ya casi nadie se dé el tiempo de realmente conocer a una persona y crear un lazo emocional sólido antes de entablar una relación formal, todo es muchísimo peor si hablamos de la hora de cortar y separarse de una persona.

En 2017 el término ghosting se añadió por primera vez a un diccionario, el Merriam-Webster.
Fotografía de Reader’s Digest.

El problema toma forma en el fenómeno conocido como ghosting. Este término proviene de la palabra anglosajona «ghost» la cual se traduce como «fantasma», y se refiere a la práctica de cortar toda comunicación y contacto con otra persona sin dar previo aviso ni ningún tipo de explicación. Esta acción puede llevarse a cabo en cualquier tipo de relación: romántica, platónica o profesional.

Esto es un problema, puesto que, a pesar de que la mayoría lo ve como una salida fácil de cualquier situación con cualquier individuo, no es más que una excusa para evitar enfrentar y resolver los problemas, lo cual también significa un no desarrollo de las habilidades sociales como la resolución de conflictos y comunicación efectiva.

Además, esta práctica posee implicaciones como el impedimento del desarrollo de la inteligencia emocional y empatía. Lo cual culmina con un sujeto incapaz de mantener relaciones sanas y que termina siempre dañando a la persona con quien se relaciona.

Sé que puede ser muy tentador irse por la puerta ancha, pero a la larga solo provoca más daño a los demás y a uno mismo. Necesitamos reconectar nuevamente con nuestra emocionalidad y tomar más consciencia sobre este tipo de conductas tan normalizadas.

¿Quieres saber más sobre el mundo emocional? Te invitamos a leer: Cuando sientes con mucha profundidad tu realidad

Ian Morales
Estudiante de Periodismo UdeC
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