Dismorfia: un fantasma que oscila en el mundo del «fitness» Salud SociedadPor Gabriela Burgos Morales - 24 septiembre, 2024 La dismorfia es un padecimiento de salud mental en el que “ocurre una distorsión cognitiva respecto de la apariencia física”, informa la Universidad de Chile. ¿Qué pasará con aquellos que diariamente entrenan para cambiar su cuerpo en el gimnasio? ¿Será recurrente en ellos este diagnóstico? Mantener una vida en movimiento trae consigo: “Beneficios para la salud mental y física, pues ayuda a prevenir múltiples enfermedades, además de mejorar tu estilo de vida”, indica la Clínica Universidad de los Andes. De esta manera, los gimnasios se han convertido en espacios donde converge la motivación por cambiar un hábito, la interacción social, el entrenamiento y, en algunos casos, la dismorfia. “No me veo como me ven” El trastorno dismórfico corporal (TDC), más conocido como dismorfia corporal: “Consiste en la preocupación por uno o más defectos percibidos en el aspecto físico, los cuales no son observables o parecen sin importancia para otras personas”, explica Angela Basualto Nazal, psicóloga deportiva. Este diagnóstico puede estar presente en diversos contextos de la vida, tanto en personas que acuden al gimnasio como en quienes no lo hacen. “Es donde hay una minimización de los aspectos positivos de la imagen corporal y una maximización de los defectos. Cualquier detalle que la persona visibilice como una imperfección, lo maximiza a tal punto que le genera angustia, ansiedad y descontento. Lo que deriva en síntomas depresivos y ansiosos”, describe Christian Zambrano, estudiante de Psicología. Estar conforme consigo mismo es una tarea difícil, sin embargo, “no es lo mismo preocuparte de tu cuerpo o no estar conforme con quién eres, que padecer dismorfia. Hay criterios específicos que deben ser considerados para poder determinar este diagnóstico”, añade Angela. De la dismorfia corporal a la dismorfia muscular «Hay gente que tiene TDC, pero no tiene dismorfia muscular específicamente», comenta Basualto. Fotografía por FreePik. Buscar progreso, entrenar de forma ardua, observarse en el espejo y no ver cambios. “Estoy muy flaco”, “quisiera tener más pierna”, “¿por qué no me crece el brazo?”. Son algunos de los comentarios que abren la puerta al concepto de la dismorfia muscular. Pero ¿qué es? “De alguna forma, el trastorno dismórfico corporal, es el diagnóstico global, con cosas del cuerpo a nivel general. Por su parte, la dismorfia muscular tiene que ver con la idea o sensación de que la estructura corporal es demasiado pequeña o poco musculosa”, explica Angela. El espejo se convierte en el reflejo que muchos gymrat ven distorsionado. “En cierto sentido, la prevalencia del TDC, específicamente con dismorfia muscular, es mucho más específico en el mundo fitness”, menciona Basualto. Entonces, ¿ir al gimnasio puede causar esta patología? “Teniendo las condiciones óptimas, como no presentar un diagnóstico o un trastorno de la conducta de la personalidad, el gym no debería por qué causar un TDC”, señala la psicóloga. Del concepto a la realidad ¿Así soy? La percepción distorsionada de su imagen corporal es algo con lo que Lukas Navarrete León, un joven de 18 años, tiene que convivir diariamente. Lukas comenzó su camino en el mundo del fitness hace casi dos años, con el objetivo de ganar masa muscular y lograr un cambio en su aspecto físico. Sin embargo, en aquella búsqueda, se encontró con el fantasma de la dismorfia. “Es extraño, porque en ciertas oportunidades te ves a ti mismo y te sientes muy flaco o muy gordo. Incluso, aunque los demás te digan que estás bien o como a ellos les gustaría, te sientes mal físicamente”, cuenta. Redes sociales y la dismorfia en el fitness «El TDC comienza, comúnmente, en los primeros años de la adolescencia», informa Mayo Clinic. Fotografía por Freepik. El algoritmo muestra fotografías, videos o tiktoks de “cuerpos perfectos”, los que activan esa voz en la mente que dice: “Tienes que ser así”. “Cuando estás inserto en el mundo del fitness, en las redes sociales te comienzan a aparecer, por ejemplo, personas fisicoculturistas. Por lo que te empiezas a llenar de estándares de cómo debería ser tu cuerpo”, comenta Christian. Entonces, ¿el mundo de la digitalización se ha convertido en un alimento para esta patología? “Hay que entender el contexto social en el que estamos viviendo: las redes sociales, la inmediatez y la tergiversación de la información, contribuyen a la preocupación por el aspecto físico, la autopercepción y la distorsión de la autopercepción”, señala Angela. ¿Qué hacer si vas al gimnasio y crees poseer dismorfia? La respuesta ante cualquier sospecha de algún padecimiento médico, es no autodiagnosticarse y consultar con un especialista en el área. “La forma más directa para tratarlo es acudiendo a un profesional de salud mental, en este caso un psicólogo clínico. Por su parte, se considera que este trastorno parece ser crónico y que hay una frecuente mejoría tras recibir tratamiento”, concluye Basualto. ¿Qué hay del entrenamiento? Tomás Bernales, preparador físico, menciona las posibilidades de contribuir desde su profesión en el tratamiento de las personas con este diagnóstico: “Puedo ayudar orientándolas según su objetivo, planteando una planificación de acuerdo con sus metas e ir evaluando constantemente para que vean una progresión”. No verse como les gustaría, un fantasma con el que algunos gymrat viven detrás de sus poleras oversize y las mancuernas. Según informa el Ministerio de Salud, en caso de necesitar ayuda psicológica y contención emocional, se puede llamar a la línea Salud Responde. Fotografía por Freepik. También te podría interesar: «Ejercicio y disciplina, el mundo de los gymrat»