Juegos (no) relajantes

Entre tanta mecánica compleja, todavía existen los juegos casuales, que están pensados para no ponerles mucha atención. Ganar es opcional o simplemente no importa. Por lo menos eso es lo que tienen en mente los desarrolladores al momento de diseñar la jugabilidad, porque poco y nada importa si los jugadores solo quieren puntajes máximos.

No es sorprendente escuchar sobre torneos competitivos de Mortal Kombat o Tekken, pero muchos podrían fruncir el ceño al enterarse de que existen campeonatos de clásicos de arcade como Pac-Man o Tetris. En los títulos casuales, cualquier obstáculo presente existe solo porque los jugadores quieren desafiar al juego, a pesar de que este no exija un ritmo acelerado.

Resulta satisfactorio conseguir victorias impecables que requieran habilidad y mucha práctica. Un ejemplo de esto son los speedruns: un reto a terminar cualquier juego en el menor tiempo posible. Otra forma de agregar dificultad son las desventajas autoimpuestas, como las no-hit runs (no ser golpeado durante la partida) o usar plátanos como controles.







Estas prácticas pueden resultar jocosas: las risas nunca están de más, y presumir también es divertido. No trae problemas mientras se respete el espíritu lúdico. Lamentablemente, esto no suele ser así, y es común ver en internet tablas de Excel para calcular las rentas de los cultivos en juegos de administración de recursos.Hoy es impensable jugar Stardew Valley o Terraria sin consultar sitios de ayuda. La facilidad para acceder a información que tenemos nos aleja de vivir la experiencia de explorar por ti mismo. La sensación de inmersión a la que se aspira se ve interrumpida cada vez que se pausa para buscar pasajes ocultos o combos secretos. Resulta cómico que la razón de esto sea “no perder tiempo”. ¿En qué momento se nos olvidó que estamos jugando por diversión?

Imagen de Pinterest.

Hace no muchos años buscar las respuestas era sacrilegio, y ganar sin guías era indispensable para conservar tu “dignidad” como jugador. Es difícil disfrutar de cualquier partida cuando existe esa presión de buscar la forma más rápida de avanzar. Ganar está bien, pero elegir tu Pokémon según su apariencia y no sus estadísticas también está bien. Conseguir todos los logros no es lo más importante: disfrutar el juego sí lo es. Juguemos tranquilos.

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Antonia Ferrada
Estudiante de periodismo periodístico en la Universidad de Concepción. Quinto año (con asignaturas de cuarto).
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