Los primeros años de nuestra vida son esenciales para todo tipo de desarrollo. Parte de este incluye la motricidad fina, la cual es necesaria para el futuro en la realización de diversas actividades y ejercicios.

La motricidad fina se desarrolla, principalmente, en los primeros años de vida. Es la base del desarrollo del ser humano, para que a futuro podamos desenvolvernos con naturalidad.

Actualmente nos encontramos en un mundo desarrollado que nos facilita toda actividad que queramos realizar. Ya sean los celulares, computadores o televisores, cada uno entrega herramientas e información que limita el sentido de imaginación, creatividad e incluso movilidad.

Por distintos motivos, me he visto bastante involucrada en la etapa escolar de un pequeño que cursa primer año de enseñanza básica. Durante este acompañamiento en tareas y trabajos, he visto que, a diferencia de lo que yo viví en esa etapa, no es obligación el uso de escritura manuscrita.

Hoy no está dentro del curriculum escolar el uso ni la enseñanza de esta forma de escritura y, si analizamos bien, el uso de la manuscrita es un gran apoyo y ejercicio en beneficio de la motricidad fina en edad temprana, esto por los movimientos continuos y armónicos de la muñeca. No así la escritura en imprenta, en la cual resaltan las letras a base de líneas rectas.

Si bien, claramente, no es un factor determinante que interrumpa el correcto desarrollo de la motricidad fina en escolares, de todas formas, me parece necesaria como base para la escritura y así también el dibujo.

Además, es importante mencionar que estudios han considerado la manuscrita como esencial en trabajo del cerebro relacionado a la retención y captación de información.

Ya se pierde suficiente creatividad y movilidad con el uso extenuante de aparatos electrónicos en reemplazo de lo análogo, como, por ejemplo, leer un texto en un celular en vez de un libro. No debemos perder la base de nuestra enseñanza; la delicadeza y movilidad de la manuscrita es irremplazable.

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