Escuchar el silencio

Ventana en día de lluvia

En ocasiones leer un buen libro o tomar fotografías de un atardecer son actividades que pueden disfrutarse en tranquilidad. No obstante, la ausencia de sonido se encuentra a un nivel de mayor profundidad.

¿En algún momento has sentido la necesidad de aguardar silenciosamente? ¿Sabes en realidad lo que es el silencio? A veces consideramos que se trata de la nada misma, de la inexistencia o carencia de ruido. Sin embargo, no nos damos cuenta de que ahí se almacena la creación de todo ese bullicio que nos rodea.

Nos cuesta mantenernos en esa ausencia de sonido: los tráficos, los semáforos, las muchedumbres, los portazos, las palabras… hirientes.

Los seres humanos tenemos pavor de encontrarnos en una habitación en donde no ocurra absolutamente nada. Seguramente comenzaríamos a reclinarnos en nuestras sillas, mirar las paredes de arriba abajo e intentar pronunciar una sílaba. Las personas somos capaces de cuestionar el silencio, pero no de mantenernos en él. 

De acuerdo con una encuesta del 2016 sobre el ruido ambiental del Gran Santiago, un 41,2 % de la población se considera «medianamente sensible» a los sonidos en general.
Fotografía: Tom Caillarec en Unsplash.

Sentarte a leer una novela de Isabel Allende, un poema de Benedetti u observar La incredulidad de Santo Tomás de Caravaggio pueden ser alternativas en las que el silencio te acompaña. Sin embargo, no es la cúspide, aún no.

Mantenernos en aquella plenitud es escuchar, simplemente. Las respuestas a los cuestionamientos se resuelven cuando prestas atención a los leves sonidos. El silbido de un pájaro cerca de tu ventana, las gotas de lluvia mojando el pavimento o la madera crujiente forman parte de la atmósfera, no del bullicio.

El silencio da espacio para que nuestros oídos perciban melodías que se mantienen constantemente en la cotidianidad. Sin embargo, cuando te encuentras en lugares incorrectos, eres capaz de escuchar sonidos violentos que desearías apaciguar. 

Quizás permanecer en silencio se trate de un sentimiento temeroso a lo desconocido, a escuchar aquello que no podemos controlar. Probablemente, el ruido se transforme en miedo, en dolor, en sufrimiento.

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