Eduardo Díaz y su trayectoria en la música: “Me siento feliz donde estoy”

Eduardo Diaz

El actual director ejecutivo interino de Corcudec revivió sus memorias de infancia y cómo cada paso que dio, lo llevó hasta donde está.  

Siempre puntual y con un humor caribeño de primer nivel, así se podría definir a Eduardo Díaz Rodríguez. El director coral cubano, quien lleva algunos años en Chile, sólo necesitó de un corto periodo de tiempo para encariñarse del ambiente de nuestro país.

Actualmente, está a cargo de la Corporación Cultural de la Universidad de Concepción (Corcudec) y también, dirige al coro sinfónico de la misma institución. Y esta, es su historia.

Primera infancia

Nació en un pueblo de Cuba, al sur de la provincia de Matanzas. Cuenta que en este, “había un sentido de comunidad bastante especial”. Díaz es hijo único. Vivía con sus padres y abuelos paternos en una misma casa. Los maternos residían muy cerca de ellos, pero en otro lado. Los demás primos y tíos se encontraban en otras ciudades del país caribeño.

En su cuadra, sólo había un lugar para ver televisión y todos los niños se juntaban a las seis de la tarde para mirar dibujos animados.

“Los abuelos se reunían a tomar café en la casa de una vecina y después veían la telenovela de las nueve. Había ciertos rituales comunitarios que creo que marcaron nuestra forma de vivir y cotidianidad”, recuerda Eduardo Díaz.

Eduardo Díaz dirigió al coro para su anversario este 2024 en la Novena Sinfonía de Beethoven, obra que tomó meses preparar. Fotografía: Radio UdeC.

Llegó al mundo artístico de manera independiente, pues en su familia no existía nadie relacionado con el área: “Mi abuelo tenía un gusto muy especial por la zarzuela y la ópera, pero no lo compartía mucho con la familia”, relató el director coral.

Su encuentro con la música fue prácticamente una casualidad. En una visita a su abuela, encontró un piano y luego de aquello, ya no pudo soltarlo: “Empecé a conocer las sonoridades del instrumento y descubrí que podía tocar melodías infantiles en ese instrumento enorme, donde mis piernas no llegaban al suelo”.

Dentro de su aprendizaje, cuenta que tuvo una anécdota muy particular. En su pueblo, existían sólo dos señoras, ya mayores, que impartían lecciones de piano. Una era más conocida que la otra. “Fui a la casa de la más famosa solo. Le toqué la puerta y le dije que quería que me diera clases, pero no aceptó porque no recibía tantos alumnos”.

Fue entonces cuando decide ir a casa de la otra mujer y ella no dudó en aceptarlo como estudiante: “Empecé a recibir clases de piano y de teoría musical. Aprendí a leer partituras y a tocar el instrumento”.

Educación

El director coral siguió sus estudios normales en paralelo con el piano. Ingresó a un programa escolar cubano, que vinculaba el trabajo agrícola con las demás materias. En otras palabras, una secundaria ubicada en medio del campo.

“En las mañanas teníamos clases y en las tardes trabajábamos, atendiendo animales o en la agricultura”, relató Díaz. Sin embargo, nunca dejó de lado el estudio del instrumento que tanto le gustaba. Terminando aquel nivel, rindió unos exámenes para ingresar a la Escuela Nacional de Actuación. Certámenes que aprobó sin problemas.

Al mismo tiempo, participó en un concurso nacional de biología, el cual ganó y con ello, pudo obtener acceso a un instituto preuniversitario de ciencias exactas: “Es un establecimiento como ‘plan talento’ que recoge a personas que tienen un alto desempeño académico y pueden aspirar a carreras dentro de las ciencias que son más selectivas. Me dieron la posibilidad e ingresé, no me incliné por la actuación, sino que me fui a estudiar ciencias”.

El pasado 23 de agosto, el Coro Sinfónico de la UdeC, cumplió 70 años. Y por ese motivo, el director y diferentes integrantes fueron entrevistados por TVU. Fotografía: Captura de pantalla TVU.

Y un día, pasó algo que lo cambiaría todo. Díaz se mantuvo dos años, de los tres que correspondían en aquella institución. Cuenta que iba en el transporte público y escuchó en la radio acerca de la apertura de una academia de música en la ciudad: “Me bajo de la micro, voy directamente a la escuela y digo que necesito hablar con la directora. Me recibió amablemente y le conté que quería entrar a estudiar ahí”.

Como no había estado antes en un conservatorio, ella le dijo que era muy difícil ingresar. Y en eso, entró el doctor en Dirección Coral, José Antonio Méndez. El académico escuchó la conversación y miró al joven Eduardo, quien vestía el uniforme del instituto preuniversitario. “Me preguntó a qué venía, le contesté que ‘a aprender piano’ y dijo que era difícil porque no tenía estudios anteriores, pero me preguntó ‘¿quieres estudiar dirección coral?’ Le contesté ‘sí’, porque quería instruirme en la música”, recordó Díaz.

Méndez preparó al actual director del coro de la UdeC durante cinco meses. Abordaron solfeos, armonías, piano y todo lo que correspondía. Al llegar la semana de exámenes, aprobó. Con ello, accedió a un cupo, renunció al instituto y por fin, pudo estudiar lo que quería.

Después de cuatro años en el conservatorio, donde dirigió muchos orfeones, de universidades, juveniles y el mismo de su maestro en varias ocasiones, logró graduarse. Al finalizar, rindió los exámenes para el Instituto Superior de Arte, que es uno solo para todo el país: “Alcancé unos cupos para entrar en dirección de orquesta y coral”. Y así, comenzó sus estudios superiores, inclinándose por la ópera.

“En tercer año me invitan a dirigir, como asistente, la ópera de Daejeon en Corea del Sur. Después de eso me empezaron a invitar a muchas otras y terminé siendo el director general de este género de mi país”, expresó el actual director de Corcudec.

Llegada a Chile

Cuenta que arribó al territorio nacional por una situación familiar en 2014. Su prima, con la cual es muy cercano, es médico y se vino a vivir a nuestro país: “Por mi carga laboral casi no nos veíamos, yo nunca había venido acá y ella había ido bastante poco a Cuba. Entonces tuve un alto en mi trabajo y le pedí que nos encontráramos. Me dijo que fuese a Chile y tramité mis documentos para estar un mes”.

Fue así como se reencontraron. Incluso, Díaz fue invitado a un concierto que se realizó en el recién inaugurado teatro de Rancagua y esa misma noche le ofrecieron trabajo. “Me parecía un proyecto muy hermoso. Yo amo la ópera y había una temporada muy ambiciosa que estaban desarrollando. Me encantó y por eso decidí aceptar y quedarme en Chile”, contó.

«En este momento me siento feliz donde estoy».

Eduardo Díaz, director ejecutivo Corporación Cultural de la Universidad de Concepción.

Concepción

Luego de siete años viviendo en Rancagua, cuenta que el gerente de Corcudec se contactó con él porque necesitaban a alguien de manera transitoria que trabajara con el coro en medio de la pandemia.

“Murió su director anterior, Carlos Traverso, y yo viajé a Concepción para dirigir el coro en la ceremonia que se le ofreció y ahí conocí por primera vez a los integrantes frente a frente. A través de las pantallas todo era muy raro. Prácticamente, fue conocerlos por primera vez”, rememoró Díaz. Luego de participar en diferentes instancias con el orfeón, se abrió un concurso para convertirse en director de la agrupación musical y quedó seleccionado.

Y esto, no era lo único que Concepción tenía preparado para él: “Sucedió en un momento por algo coyuntural que renuncia el antiguo gerente el 2023 y el directorio me llama para que yo asuma la gerencia. En 2024 volvió a suceder. Es una institución que conozco y el equipo es maravilloso”, relató Díaz.

Lo que queda para su camino

Eduardo Díaz y su perro Orfeo. Él mismo se define como un «amante de los animales». Fotografía: Instagram de Eduardo Díaz.

«Hoy me siento feliz donde estoy”, afirma con satisfacción, aunque reconoce que siempre hay nuevas metas por alcanzar. Eduardo sueña con volver a dirigir ópera y continuar aprendiendo de cada experiencia, como la que vivió en 2024, en el Teatro Metropolitano de Medellín en Colombia este 2024.

Su rutina se reparte entre su hogar y el teatro, dos espacios que aprecia profundamente. En casa, disfruta del tiempo con su familia y mascotas, admitiendo con humor que “adoptaría a todos los animales que encuentro en la calle”. Sea en la ópera, dirigiendo coros, con sus mascotas o incluso retomando su interés por las ciencias, Eduardo está destinado a seguir alcanzando el éxito en cada nuevo camino que emprenda.

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