Vivienda y derechos: F(x), x=Mercado

Una mirada humana a la crisis habitacional.

Existen diversas necesidades que emergen de los derechos fundamentales de las personas a una vida digna, y una de las principales es el acceso a la vivienda. Actualmente, el sueño de una casa propia en Chile está envuelto en complicaciones financieras, sociales, sustentables y gubernamentales. Por ejemplo, el tiempo de ahorro necesario para que una familia pueda adquirir una vivienda subió a 11,4 años, en comparación con los tres o cuatro años requeridos en la década de 2000. Esto, según el Índice de Acceso a la Vivienda (PIR), un indicador internacional que mide el costo habitacional y los ingresos de los hogares, índice que posicionó al país en la categoría de viviendas «no asequibles».

Mercado Chileno

El mercado inmobiliario en el país refleja desigualdades significativas. Por ejemplo, en Chile no existe una carrera específica que forme a corredores de propiedades; estas actividades suelen realizarse de manera informal, sin considerar factores económicos y sociales más amplios. El contraste se genera en el momento que se comparan los comportamientos de los mercados entre países; teniendo en consideración las variables económicas que determinan y fijan el valor de las construcciones.

Ahora, según el arquitecto, Ricardo Utz, el costo de la vivienda social y la calidad de su diseño y construcción son un desafío aparte: “Hay que decir que la vivienda social siempre se construye en terrenos malos porque los terrenos buenos son más caros. A estos acceden personas o núcleos sociales de mayor poder adquisitivo. Como no tenemos terrenos buenos, los terrenos malos quedan para la vivienda social. Entonces, aparte de ser vivienda chica, está, además, en terrenos malos: inundables, lejos, con poca accesibilidad, etcétera”.

Imagen extraída del sitio oficial del SERVIU.

En palabras del arquitecto, a esta ecuación se suman los problemas derivados de las normativas y los planes reguladores propios de cada ciudad: “El conocido caso de la reducción de altura en los edificios aquí en Concepción busca abordar la saturación urbana, pero, si alguien era dueño de un terreno y planeaba construir un edificio de 20 pisos, se le dijo que no, que solo podía ser de 10. Si todos los departamentos costaban, por ejemplo, 100 millones, al reducir la cantidad a la mitad, el precio sube a 200, porque, en particular, no querrá asumir pérdidas. Esto encarece las unidades disponibles. Por eso, es complicado intervenir en el sistema económico”.

Derechos y vivienda

En conversación con la arquitecta de la Universidad de Chile, Francisca Pizarro, se estableció una visión de la vivienda como un derecho fundamental que enfrenta limitaciones estructurales y presupuestarias para ser garantizado por el Estado; “Estamos trabajando en algo que es inhumano, si lo que hacemos es planificar la forma en la que las personas van a vivir. Desde el punto de vista psicológico y físico, son muchos los metros cuadrados necesarios en una habitación para asegurar una buena calidad de vida. Sin embargo, si se analiza bajo las normas actuales, estas no se cumplen. Hemos reducido tanto el costo de producción y la calidad de las viviendas que hemos olvidado que quien las habita es una persona”.

Plano vivienda social LKMD Arquitectos y Pontificia Universidad Católica de Chile.

El derecho a la vivienda no se limita únicamente a contar con un techo donde dormir; también incluye estándares relacionados con las condiciones de vida dentro del inmueble, como habitabilidad, calidad y ubicación. “Debe haber una disposición de espacio digno, seguridad, iluminación y ventilación adecuadas, además de una infraestructura capaz de garantizar los servicios básicos”, señaló Pizarro.

Subsidios

En Chile, la principal herramienta estatal para facilitar el acceso a la vivienda ha sido la entrega de subsidios habitacionales. Según el economista Roberto Gormaz, existe una debilidad en el rol público, particularmente en este ámbito: “Chile tiene un bajo nivel de inversión en subsidios habitacionales si se compara con el PIB del país. Es importante tener en cuenta que esta política de subsidios fue creada con el objetivo de reducir la pobreza nacional mediante la disminución del déficit habitacional y las problemáticas que de el se derivan”.

El problema que surge a raíz de la propiedad y la vivienda en Chile debería contemplar soluciones provistas de un enfoque multidisciplinario que otorgue a la normativa, el plan regulador o la política pública un marco capaz de garantizar la dignidad de la vida de las personas que habitan el espacio.

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