¿Es realmente una amenaza para el área artística el ingreso de la inteligencia artificial como creador de obras?

Desde que la inteligencia artificial tomó fuerza en el mundo y la sociedad, el futuro de múltiples sectores profesionales se ha transformado, tanto de forma positiva como negativa, en un intento de sacarle el máximo potencial.

Y no es que quiera renegar y estar en contra de esta nueva tecnología, simplemente me incomoda por lo que puede representar para el futuro cercano, si sigue usándose libremente, sin restricciones que protejan los derechos de autor, sin respetar el consentimiento de personas que no quieren compartir sus obras con una máquina para que se alimente de ellas.

La IA debería ser utilizada como herramienta, no como sustitución del trabajo humano, de la expresión, de los sentimientos que uno siente. Va mucho más allá de hablar sobre cómo te resume los textos y ayuda en proyectos matemáticos en los cuales sí te facilita la vida. Está en el instinto del ser humano, de crear y compartir.

Cuando se trata del mundo artístico y la inteligencia artificial, es más complicado; es todo un desafío ético, porque las pinturas no son lo mismo que una fórmula. Pero eso no es algo que le interese a las grandes compañías y a muchas personas tampoco les importa. ¿Para qué, si puedo hacer negocios con arte autogenerado, y me saldrá más barato? Puedo comprar lo que quiera si pienso que es bonito. ¿Para qué, si ahora la publicidad puede usar la IA en vez de contratar a un profesional?

¿Morirá el arte por ello? No, la huella que dejan los humanos no acabará nunca, porque es parte de nuestra persona y es una forma de comunicación de antaño, pero estará obligado a compartir con un espécimen tecnológico en los museos, las subastas, la publicidad y el trabajo.

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