Barras bravas: un problema sin solución Deporte Portada SociedadPor Antonio González Valdivia - 21 abril, 2025 A lo largo de los años, los grupos de hinchas organizados y autogestionados, conocidos como barras bravas, han cobrado protagonismo dentro del fútbol chileno. Entre el compañerismo y la violencia, la pasión y el desastre, miembros de estas hinchadas nos relatan sus experiencias. El jueves 10 de abril, cerca de las 19:45, Colo-Colo y Fortaleza ingresaban a la cancha del Estadio Monumental. Mientras tanto, a las afueras del recinto, se vivía una pesadilla que terminaría enlutando a todo el país. Producto de una avalancha de personas y mal accionar policial, dos jóvenes hinchas del cuadro albo perderían la vida esa noche. El lamentable suceso, sumada la posterior invasión de hinchas dentro del terreno de juego, terminarían generando amplios debates. En ellos, suele existir un villano en común, una organización que, si bien no se le responsabiliza exclusivamente respecto al hecho, nunca parece estar en el lado correcto de la historia: la Garra Blanca, barra brava de Colo-Colo. Las barras bravas son grupos organizados de hinchas de equipos de fútbol, quienes se encargan de seguir a su club donde sea que juegue. Esto utilizando canciones, lienzos, telones y pirotecnia para mostrar su fanatismo por su respectiva institución. Además, buscan demostrar su superioridad ante barras bravas de otros equipos, lo cual suele causar violentas peleas. Pancho Malo, ex lider de la Garra Blanca (Fuente: El mostrador). En cuanto a nuestro país, las barras bravas suelen estar organizadas en piños, pequeños subgrupos formados en barrios y sectores marginales a lo largo del país. Siempre ligadas a la delincuencia, el narcotráfico y la clandestinidad, las barras bravas son ampliamente desaprobadas por un grupo mayoritario de la sociedad. En ellas se ven organizaciones despiadadas, que en su errático actuar dan cabida a situaciones tan terribles como la narrada previamente. ¿Es tan así? El desastre desde dentro del estadio Benjamín Tapia, integrante de la Garra Blanca, no tenía idea de lo que sucedía afuera del recinto mientras se disputaba el encuentro. “Yo estaba dentro del estadio, así que no caché lo que había pasado hasta el entretiempo. Cuando supe fue una pena terrible, que muera gente mientras se juega un partido es algo que nunca debe pasar”. Respecto a la responsabilidad de la barra, dijo que “la Garra nunca llamó a hacer avalancha ni nada, si otras personas quieren entrar así es tema de cada uno”. Asimismo, en cuanto a la invasión de cancha, declaró que “sean parte de la Garra o no da lo mismo, ellos hicieron lo que la Conmebol no hizo, que fue suspender el partido”. Garra Blanca durante un partido de Colo-Colo. (Fuente: Sentimiento popular). A pesar de lo mencionado por Tapia, lo cierto es que en la mayoría de los casos el barrismo conlleva violencia y enfrentamientos. Para Isaías Alonsos, barrista de Los de Abajo (barra brava de Universidad de Chile), esto se debe a que “las peleas son parte del barrismo en sí, no solo en Chile, sino que en casi todo el mundo. Para una barra brava, defender el honor del equipo siempre será una prioridad”. Las barras bravas en el Biobío En la región del Biobío, los equipos de la zona también cuentan con barras bravas, aunque funcionan de una forma algo distinta. Según un integrante anónimo de la Furia Guerrera, barra brava de Arturo Fernández Vial, la diferencia radica en que “en regiones se siente una cercanía más grande entre barras y equipos, existen menos roces de un lado a otro. Además, al estar todos los piños concentrados en la región del equipo, hay mucha más organización y unión”. Furia Guerrera, barra brava de Fernández Vial. (Fuente: Fernández Vial). Aun así, conflictos como el que se dio el año pasado entre las barras de Naval y Lota Schwager, que dejó a cuatro heridos, muestran que la zona no está exenta de incidentes de esta índole. Respecto a ello, el hincha anónimo declaró que “las barras funcionan con sus propias reglas, en muchas hay gente muy perdida que encuentra un sentido en el barrismo. Cuando uno entra a la cancha o se junta con la barra no es la misma persona que afuera de ella”. La solución que no aparece Más allá de las diferencias entre las propias barras bravas, lo cierto es que las situaciones complicadas que las rodean no parecen terminar. Benjamín mencionó que “el barrismo no va a cambiar mientras existan personas que sigan este estilo de vida”. Por su parte, Isaías complementó que “es importante que no exista provocación de parte de las autoridades, porque es sabido que muchas veces ellos son los que empiezan los conflictos por simple diversión, vulnerando los derechos del público”. A pesar de ello, el barrista de Los de Abajo enfatizó el rol social que cumplen las organizaciones. “Las barras, aparte del apoyo hacia el club del cual hinchan, son movimientos sociales. En el caso nuestro, organizamos actividades para todo público. Realizamos platos únicos, rifas, campañas, campeonatos y eventos para festividades, en donde participa mucha gente que quiere pasarla bien un rato”. Barristas de Colo-Colo y Universidad de Chile, en el contexto del estallido social. (Fuente: El comercio). Por último, Alonsos hizo un llamado a la unidad. “No estuvimos tan lejos de un momento de paz entre todas las barras de Chile, en el estallido social del año 2019. Los de Abajo, Garra Blanca, Los Cruzados, entre otros, se unieron entre barras. Lucharon por y para el pueblo, ya que al final quienes integran estos grupos son la misma sociedad, común y corriente”.