Francisca Rivas: convicción como punto de partida

Tras un largo día, Rivas la persona tras Lecturas hechizadas está dispuesta a compartir su plan de vida, su trayectoria y momentos más entrañables.

Puntual se presenta en su usual entorno: su habitación. El lugar refleja su cálida personalidad, llena de letras y suavidad.

Francisca Rivas con su hermano.
Francisca Rivas cuando tenía siete años, cargando a su hermano recién nacido.
Fotografía: Francisca Rivas.

Francisca Rivas, más conocida como Lecturas hechizadas, nació en Concepción. Pero sus primeros años de vida no se limitaron a una sola ciudad. Su niñez estuvo marcada por constantes traslados, debido al trabajo de su padre, que se dedicaba a la telefonía rural.  “La primera vez que nos cambiamos yo tenía siete años, y ahí duramos dos años en la ciudad y volvíamos a movernos”, recuerda con afecto. Indudablemente, estas diversas experiencias la influyeron.

Sin embargo, Francisca recuerda que esta etapa la ayudó, pues le permitió conocer los paisajes y a las diferentes personas, esto tras recorrer gran parte de las regiones de La Araucanía y Los Lagos, entre otras. Y que, sin saberlo, le serviría para narrar y conectar con otros en un futuro.

Entre tantas mudanzas, hay una constante que la acompañó durante todo el viaje: la lectura. “Ellos leían. De hecho, mi papá, cuando yo estaba en la básica aún, se suscribió al diario, llegaba todos los días a la casa”. Además, ella recuerda con cariño este hobby, el cual fue un punto de encuentro. Sus abuelos tenían un quiosco en San Fernando. Cada vez que se reunían allí, ella aprovechaba, pues “vendían diarios, y a mí me encantaba ir. A veces ellos lo abrían solo para que yo estuviera ahí”.

Francisca se crio con ambos padres profesionales, sin embargo, de carreras muy alejadas al área de las comunicaciones, como la ingeniería. Y, por supuesto, un hermano que le siguió los pasos a sus progenitores.

La raíz del gusto por la cobertura noticiosa

A los 13 años, ya se había decidido a estudiar periodismo y, particularmente, quería trabajar en medios. “Me dieron una muy buena educación. Entonces, yo fui a excelentes colegios, lo que igual me permitió que pudiera estudiar donde quería”, destacó la joven periodista.

Francisca, comenzó en el mundo de las redes sociales por un hobby, nunca lo vio como una fuente de ingresos.
Fotografía: Francisca Rivas.

El inicio de su licenciatura estuvo marcado por un acontecimiento: el terremoto del 27 de febrero del año 2010, que impactó a toda una generación. En medio del desastre, le dieron la opción de continuar sus estudios en la Universidad Austral de Chile. “Ir a dos universidades fue loco, enriquecedor y muy bueno. En ese momento fue un caos”, rememora entre risas.

En Valdivia conoció otra cara de estudiar periodismo en regiones. De hecho, De hecho, señala que muchos de sus colegas de la zona estaban seguros de que no podrían ejercer en medios. Aunque destaca lo hermoso y cálido a nivel humano de las personas, este suceso la motivó aún más a trabajar en esa área. Convicción que la trajo de vuelta a la Universidad de Concepción.

El regreso no fue fácil, una confusión en las asignaturas la llevó a inscribir los ramos incorrectos, situación que la obligó a convivir con distintas generaciones, y la ayudó a relacionarse con más personas. “Terminé socializando con mucha más gente, no solo mis compañeros. Y eso incluso me ha servido ahora porque conozco a más personas en el aspecto profesional”, señaló con una sonrisa en el rostro.

En el cuarto año empezó su vida laboral. Este cambio de responsabilidades fue abrupto y lleno de desafíos. Como destaca Rivas: “No es fácil trabajar y hacer algo así a la vez. Pero yo lo hice y no me arrepiento porque me quedé ahí muchos años”. Esto es porque ella, desde muy pequeña, se enfocó en lo esencial: perfeccionar su redacción, pues si quería estar en el sector más demandante, debía empezar lo antes posible.

Francisca mantuvo de forma continua la convicción de cuál era su sueño:  “Siempre sabía lo que quería y cuál era mi meta”, declaró de forma segura, ya que ella tenía un plan estructurado que consistía en entrar a la universidad y salir a trabajar lo más rápido posible. “Eso era un trámite nomás, y que durara cinco años, para mí era una lata. O sea, yo creo que puede durar tres años, perfectamente”, puntualizó.

Rivas, con ímpetu, forjó su camino hacia el área de medios, pero no fue el único ámbito en el que estaba igual de comprometida.

Entrar al mundo de las redes sociales

Francisca siempre tuvo claro que quería ser periodista digital, por lo que su curiosidad por las plataformas virtuales era innata. Durante su época escolar se adentró en el mundo de los fánfics y posteriormente se creó una cuenta en grupos de Messenger. Sin embargo, al enfocarse en la universidad, debió reducir el tiempo que le dedicaba a estas plataformas.

Al comenzar su vida laboral, Francisca eligió volver a las redes sociales, esta vez con YouTube, donde realizaba unboxing de álbumes de k-pop. Tras esto, y por recomendación de una colega, decidió crear una cuenta de Instagram sobre libros. Es así como nace @lecturashechizadas.

Con respecto a TikTok, Francisca relata: “Primero entré por una curiosidad profesional, porque yo pensaba, están todos en ahí y uno debe ir donde está la gente. Hay que actualizar los conocimientos”.

No tenía idea de que al poco tiempo de empezar a generar videos para TikTok, su cuenta crecería tan rápido “y funcionó enseguida. Fue como un mes en que hice unos pocos vídeos y no les fue bien, pero después ya despegó”, señala Francisca Rivas.

Convalidar el trabajo con las redes sociales

La influencer, creó una comunidad de seguidores que la apoyan en cada paso que da y aprecian su autenticidad.
Fotografía: Francisca Rivas.

Para la influencer no fue fácil comenzar a crear contenido, ya que tenía sus responsabilidades laborales, resultó ser un momento complicado, donde debía esforzarse el doble. Puesto que salía temprano de su casa y llegaba tarde, lo que generaba que no contará con suficientes circunstancias para grabar videos y subir material a redes sociales, por lo que muchas veces tuvo que dejarlos grabados desde el fin de semana.

Un ejemplo que comenta Francisca fue que “si quería hacer campañas publicitarias no tenía mucho tiempo disponible para ello, se me dificultaba grabar porque a veces te piden vídeos sin previo aviso, es como, necesitamos mañana una historia y yo estaba en la oficina, entonces era complicado”.

No obstante, gracias a su tenacidad e insistencia, Francisca nunca se rindió en redes sociales, aunque muchas veces llegaba cansada, ella sabía que debía publicar videos para que su cuenta continuara activa y relevante.

Al crecer su canal, fue más conocida, por lo que adaptarse a dejar de estar respaldada por un medio, a ser Francisca Rivas en una cuenta personal, donde las personas pueden opinar, fue difícil. La influencer detalla: “Me costó ajustarme, yo diría que me tomó como un año entero en el que las críticas dejaran de afectarme realmente y ahora ya puedo decir que sinceramente no me perjudica tanto”.

Estrés laboral

Para Francisca, ejercer en medios siempre fue su meta y estuvo desempeñándose durante 13 años en BioBioChile como periodista digital, si bien este oficio le resultaba demandante, ya que requería publicar noticias rápidamente, sin errores ortográficos y que lograran tener una gran cantidad de visitas. “Aunque a ti te guste lo que haces, igual ejercer 40 o más horas con sistema de turnos, en oficina, en medios de comunicación, es muy estresante”, agregó con determinación Rivas.

Al preguntarle cuál era su solución ante el estrés, admitió que para ella su refugio fueron los libros. Ya que al llegar a su casa podía adentrarse en estas historias y olvidarse un poco de las noticias. Francisca considera que es esencial poder separar el trabajo de sus pasatiempos, puesto que así puede distraerse.

Reflexiones a futuro

Francisca representa —en todo sentido— las palabras de perseverancia y consistencia, desde que era pequeña supo lo que quería y fue por ello. Comenta que recientemente fue despedida, sin mayores explicaciones le indicaron que su desvinculación se debía a falta de fondos. Sin embargo, ella se mantiene tranquila, ya que logró las metas que se había propuesto y ahora finalmente puede estar calmada, meditando cuáles serán sus próximos sueños a cumplir.

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