En el Biobío, nuevas y antiguas generaciones se reúnen a través de la poesía, actualmente la escena sigue dando pasos sin perder la tónica que la caracteriza.

La capital regional del Biobío acuna en sus calles lluviosas una escena cultural extensa y sólida, desarrollada a la par de múltiples universidades y de una historia local que ha destacado por los movimientos estudiantiles. Con el tiempo y los hechos, la poesía ha sabido ganarse su espacio en la comunidad penquista.

Concepción, sede de poetas

En los años sesenta, la escena poética de Concepción llegó a ser uno de los núcleos literarios más potentes de Latinoamérica. Gonzalo Rojas fue figura clave, fundó la carrera de Español en la Universidad de Concepción y organizó múltiples encuentros entre escritores y escritoras.

Violeta Parra, Nicanor Parra, Pablo Neruda y Gonzalo Millán fueron solo algunos de los que eligieron la capital penquista como sede del encuentro entre lápices e ideas. De esta forma, se vivieron los que muchos consideran los años célebres de Concepción en el panorama poético nacional.

Durante la dictadura, con Omar Lara a la cabeza, la escena se desarrolló entre grupos secretos y locaciones clandestinas. En un contexto donde las expresiones del arte eran catalogadas actos subversivos, la literatura fue un refugio, una vía de escape y una forma de plasmar el hostigamiento, violencia y tiranía que se vivía.

Muchos artistas debieron abandonar el país por la persecución política. Con ellos, la escena que había alcanzado su punto más alto comenzó a perder fuerza. Sin embargo, existen vestigios de aquella época y la historia hoy se sigue escribiendo.

Nueva escena poética

Hoy, la tradición poética se ha renovado sin perder su esencia e identidad, diversas organizaciones tienen sus puertas abiertas para quienes quieran entrar en este mundo. Entre espacios como Mano de Obra en Lorenzo Arenas, el taller literario más antiguo de la ciudad y el Programa Cátedra Gonzalo Rojas en la Universidad de Concepción se va construyendo una variada oferta que incluye bibliotecas públicas, centros culturales y colectivos independientes.

Poetas como Miriam Leiva, Alejandro Concha y Nicolás Barría marcan la escena actual. Este último destaca el fortalecimiento de redes creativas: “Es interesante todo el proceso que se está generando hoy día y que está conectando diferentes mundos, aparentemente se están desarrollando trabajos aislados, pero en realidad nos estamos conociendo y en ese mismo contacto, en esa misma red, se están pudiendo regenerar esos vínculos que fueron muy fuertes en el pasado”.

Verso libre: rap y poesía

Desde la poesía tradicional surgen nuevas líneas de expresión, como Liga Inmortal, un torneo de freestyle, donde jóvenes cada viernes en Plaza Perú, Tribunales o el Parque Ecuador se reúnen a competir por medio de rimas improvisadas.

Proyectos como Maestros del Verso en la Universidad Católica y Titanes del Biobío en la Universidad del Bío-Bío han permitido acercar esta disciplina a espacios académicos, por ejemplo, impartiendo talleres literarios para raperos.

De esta manera, se han generado espacios donde las nuevas generaciones pueden encontrarse mediante del arte.

Sitios de reunión

La Esquina Rosada es un centro cultural que ha sido clave en la búsqueda de diversificar el acceso a la poesía. Su formato “silla vacía”, más conocido como micrófono abierto, ha permitido que escritores emergentes y consolidados compartan sus textos y que el público se involucre con la poesía local.

La influencia del rap y la apertura de talleres han llamado la atención de las nuevas generaciones, así fue el caso de Sebastián Melo, estudiante de psicología de 22 años: “He podido presenciar un traspaso de conocimiento hacia la vida que tenemos los jóvenes hoy en día, más rápida, en el sentido de apreciación de la poesía; antes, la pausa primaba más en la escritura de los poetas antiguos”.

Desde La Esquina Rosada, Felipe Rodríguez Caro comenta que “la poesía en particular es una de las áreas que nos gusta mucho y creemos que es súper importante promover, potenciar y facilitar», reforzando la idea de ser un espacio de uso libre para los artistas.

En bibliotecas y plazas la poesía sigue siendo parte esencial del pasado y el presente de Concepción. El poder de los poetas y poetisas de habitar el silencio pese a los tiempos y las generaciones es admirable, mientras haya interés en continuar escribiendo la historia de la zona, no morirá el recuerdo de aquellos que perdieron la vida por hacer lo que les apasionaba.