Los comentarios en redes sociales van más allá de agresiones arbitrarias, son una representación de violencia simbólica, a la cual muchas mujeres se deben enfrentar a diario, reforzando estereotipos de género.  

La semana pasada se transmitió un nuevo capítulo del docureality de Chilevisión Amor a ciegas, dando que hablar en redes sociales, por duras opiniones hacia una de las participantes. La cual, tras presentarse en una cita, expresó que no quería un segundo encuentro. Su decisión fue suficiente para que los comentarios estuvieran llenos de ataques violentos. Con más del 80 % provenientes de hombres. Demostrando la realidad cotidiana de la misoginia digital.

Lamentablemente, este es solo uno de los muchos casos que diariamente solemos ver en redes sociales. Donde recurriendo al anonimato, usuarios declaran su descontento frente a algún dicho o acción de una mujer, transformándose en un ataque masivo disfrazado de opinión o humor.  Tal como muestran los resultados de la Consulta Ciudadana Virtual de 2023, donde el 68 % de las personas que han sufrido violencia digital en Chile son mujeres. Así, queda evidenciado como los espacios digitales amplifican la desigualdad de género.

Creo que no es necesario aclarar que, más allá de un tema de género, la violencia es un asunto que afecta a todos en redes sociales. Sin embargo, es realmente preocupante que los argumentos a los que se recurren al querer desacreditar a una mujer sean temas físicos o su valor social según estereotipos.

Por ende, es alarmante como los ataques virtuales se han normalizado. Con respuestas como “no es para tanto”, “entonces para qué pública”, entre otras, permiten que se esconda una cultura que sigue exigiendo que las mujeres sean pasivas y amables. Puesto que es completamente válido que existan desacuerdos y eso permite los debates en cualquier espacio, pero la agresión actual alerta del juicio desproporcional que se ejerce.