Ropa usada: el dilema de lo que sobra CiudadPor Scarleth Hermosilla - 25 abril, 2025 Mientras crece la popularidad de la moda circular, florecen dudas: ¿dónde termina la vestimenta y quién se hace cargo de lo que no se vende? Con el aumento del comercio de la ropa usada, ha surgido una gran cantidad de tiendas de segunda mano en Concepción. Según datos entregados por el Ministerio del Medio Ambiente, alrededor del 7 % correspondía únicamente a tela del total de residuos sólidos municipales por habitante durante 2018, alcanzando las 572 toneladas anuales de residuos. De hecho, Chile es uno de los países que más consume textiles en los últimos 20 años. Mientras que en 2007 una persona compraba en promedio 15 prendas al año, en 2021 esa cifra alcanzó hasta 50, según datos entregados por la Biblioteca del Congreso Nacional. Sin embargo, ¿qué pasa con lo que no se puede vender? Tras la noticia del gran basurero textil en el norte del país, surge una pregunta inevitable: ¿Qué hacen con el descarte de vestuario las americanas? ¿A dónde va lo que sobra? ReUsa lleva funcionado 3 años en Concepción con cuatros sucursales. Foto: autoria propia. Reciclar: ¿una solución real o una ilusión? Reusada, ubicada en Freire 1002, es liderada por la encargada Jimena Carter, quien explicó cómo funciona el ciclo de la vestimenta usada que pasa por distintas etapas y va migrando de locales. “Hay una primera tienda que se llama Casa Traperas, que ahí se va todo lo exclusivo, lo premium. Luego venimos nosotros, después está la de Maipú, donde se venden productos que tienen detalles. Y la cuarta, que es la que está en la galería Maipú, que es donde ya queda lo último que se puede vender”. Modaline, otra comercializadora que se abastece a través de comprar ropa usada, nos indicó que su finalidad es la reutilización de las prendas. Su encargada, Rosabelle Antonucci, señaló que en cuanto a los atuendos que no se pueden vender, su única alternativa es “solo reciclarla”, dijo sin grandes detalles. Ambos establecimientos afirmaron que no presentan dificultades en las ventas, que tenían sus momentos de altas y bajas, pero que el negocio en general recibe buenas retribuciones. Aunque el compromiso con la contaminación textil varía según el local, ninguna mencionó un método específico para el reciclaje final de los residuos ni una estrategia para la redistribución de la materia prima. Modaline lelva funcionado un año en el sector. Foto: Autoria propia. Una apuesta por la economía circular En contraste, el establecimiento Ta´Reutilizada funcionaba absolutamente por donaciones y se orientaba por los principios de la economía circular, es decir que ellos participaban en la gran mayoría de las facetas de la comercialización de los textiles y lo que era inutilizable era convertido en materia prima para otros negocios. Arantza Muratti, una de las fundadoras, explicó: “Nosotras partimos de cero, sin capital, y todo lo que no se podía vender lo transformábamos. Si no se podía reparar, lo desarmábamos para que otras pymes lo usaran como insumo. Era un círculo completo. Pero al no existir un espacio legal para esto, tuvimos que adaptarnos todo el tiempo.” Además, señaló que van a retomar el proyecto con nuevas iniciativas para hacerlo rentable. “Por eso estamos realizando talleres de costura, haciendo regalos corporativos de empresa, para ver cuál es la mejor propuesta y poder retomar” destacó la fundadora. Por otra parte, la experiencia de esta tienda muestra una gran carencia. En Chile no hay una legislación específica para la reutilización textil con fines comerciales. Muratti destacó que “El problema no es solo económico, sino también es social y estructural. No hay espacio legal ni institucional para lo que hacíamos”. Actualmente, el Ministerio del Medio Ambiente busca realizar una mejor propuesta para abordar los residuos de textiles, ya que en la actual Ley de Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor (REP) aplica en términos generales, pero no en particular para este sector. El nuevo proyecto busca impulsar modelos económicos sostenibles, incentivar la moda circular y avanzar a una regulación que comprometa a los fabricantes de vestuario. El vacío legal y la urgencia de regular Sin embargo, mientras esta iniciativa aún está en pañales, emprendimientos como Ta´ Reutilizada enfrentan la incertidumbre. “Se está trabajando en incluir el textil en la Ley REP, pero me dijeron que se demoraría unos cinco años. Mientras tanto, estamos a la deriva”, puntualizó Arantza. Este proyecto progresa lentamente, y pymes interesantes seguirán avanzando y tambaleándose entre la rentabilidad y la responsabilidad ambiental, y las prendas seguirán ahí en alguna parte de este país. Quizás te podría interesar: Moda circular: redefiniendo el estilo