Ser madre: un desafío tras otro SociedadPor María José Norambuena Salgado - 25 abril, 2025 De acuerdo con un estudio de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el 40 % de las mujeres están activas laboralmente, cuando estas tienen hijos menores de tres años, el porcentaje disminuye a un 30 %. Según el Manual MSD, el embarazo provoca diversos cambios en el cuerpo de la mujer, tales como manchas en la piel, crecimiento de mamas, mayor frecuencia al orinar, entre otros. También hay alteraciones psicológicas, por ejemplo: estrés, altibajos emocionales y ansiedad. Las madres deben enfrentarse a estas transformaciones, mientras lidian con los desafíos sociales a los que están expuestas, debido a la presión social que existe respecto a los ideales de la maternidad. No es sencillo para las mujeres que después de dar a luz deban cumplir estos estándares impuestos por la sociedad, además de enfrentar todos los cambios físicos y emocionales, sin contar con las nuevas responsabilidades de cuidar a un bebé. Afrontar la vida después de ser madre Para muchas mujeres resulta complejo retomar sus actividades luego de la maternidad. La psicóloga Belén Araya considera que esto ocurre por el desafío de cuidar desde la posición de la figura femenina, lo cual es complicado, ya que genera un impacto significativo en las madres, dado que tienden a asumir un rol más protagónico en las labores de crianza. “La progenitora oscila entre su deseo de educar y estar presente en la vida de su hijo, versus la necesidad de buscar su autonomía y recuperar de cierta forma sus rutinas. Lo anterior, produce grandes sentimientos de angustia y culpabilidad”, señaló la especialista en salud mental. Según un estudio de la Universidad del Desarrollo, son las madres las que —más que los padres— se involucran con sus hijos de manera afectiva y cognitiva. ¿Qué pasa con lo académico? Según un estudio de la Revista de Psicología y Educación, la mayoría de mujeres universitarias con hijos pueden continuar cursando sus carreras, cuando tienen buenas relaciones familiares. Fotografía: Freepik. El hecho de equilibrar los estudios con la maternidad no es fácil, debido a que ambas tareas requieren mucha atención y dedicación. Cecilia Escobar tuvo a su niño durante su periodo universitario, tras esto ella se vio “obligada a dejar la carrera que estaba cursando, principalmente por falta de tiempo y por la lejanía del lugar donde estudiaba. Sin embargo, para no perder el hilo y seguir creciendo, opté por continuar formándome. Esta decisión la tomé pensando en tener mejores oportunidades laborales, en beneficio tanto mío como del futuro de mi hijo”. Por otro lado, está Scarleth Vásquez quien al igual que Cecilia tuvo a su niña mientras cursaba la educación superior, explica que “fue complicado volver, ya que estoy sola con mi bebé, lejos de mi familia y no tengo una red de apoyo”. En el caso de Scarleth no fue una opción enviar a su hija a un jardín, debido a que ella como técnica en párvulos, vio situaciones que no le agradaron, por lo que “a los dos meses y medio de mi bebé decidí llevarla conmigo a clases”. Ambas madres debieron esforzarse para continuar con sus estudios y saber gestionar su tiempo entre estudiar y cuidar a sus hijos. Esto también ocurre con las progenitoras que trabajan. Volver al mundo laboral Regresar al rol de trabajadora, para una madre presenta un desafío. Belén Araya explica que “cultural e históricamente la mujer se ha visto posicionada como la principal figura de cuidado, siendo estigmatizada socialmente y considerada ‘egoísta’ cuando busca priorizar su desarrollo académico o profesional”. Algunas madres se ven obligadas a volver a ejercer, ya que muchas veces tienen más hijos que dependen económicamente de ellas. Para Maribel Ávila regresar a su rutina fue desafiante, ya que sentía una fuerte preocupación por su hijo. “Resultó difícil dejar a mi bebé al cuidado de su padre mientras yo trabajaba, no sabiendo cuál era su comportamiento con respecto a la lactancia”, comentó. Tener que adaptarse al ambiente laboral también es un reto, ya que la madre se pierde de ciertas instancias en el trabajo y debe comenzar desde cero, agregó Maribel. La profesional Sandra Martínez decidió volver a trabajar, mientras dejaba a su hijo al cuidado de su madre. Sin saber que tendría que enfrentarse a diversos problemas en su ambiente laboral: “Interiorizarme en los ejes de desarrollo, plazos, objetivos y tareas específicas a realizar, tuve que lidiar con una colega que no asumía que yo estuviera de regreso y que me correspondía hacerme cargo del proyecto, se negaba rotundamente a entregar información”. Es por esto que es importante activar las redes de apoyo de las cuales las madres disponen, tales como familiares, amigos, pareja u otros espacios seguros que le permitan externalizar sus miedos, señaló Belén Araya. Salud mental De acuedo con la Organización Mundial de la Salud, se estima que entre el 10 % y el 20% de madres pueden experimentar depresión postarto durante el primer año de nacimiento de sus hijos. Fotografía: Freepik. La ausencia de apoyo emocional en la madre puede conllevar a una desmotivación en el ejercicio de crianza, cansancio físico y mental, sentimientos de angustia, ansiedad; en este contexto la mujer necesita de un sostén que le permita un mayor bienestar a nivel afectivo. Existen diversos enfoques que pueden contribuir de manera positiva en mujeres que se encuentran atravesando una etapa difícil en el ejercicio de ser madres. Una opción es la terapia individual en personas que buscan resolver conflictos personales. También te podría interesar: La gran tarea de las madres que crían solas