Combinando un humor absurdo, estética única y música original, es una experiencia breve y divertida, apta para todo público.

Disney y Sony pictures son algunas de las casas de animación más grandes de la actualidad. Pero no son las únicas donde se encuentran este tipo de proyectos. Con un par de búsquedas en YouTube puedes encontrar una diversa amalgama de animadores independientes. De entre estos quiero resaltar a Ian Worthington y su serie: Bigtop burger.

Serializada en el canal Worthikids desde 2010, es una miniserie que cuenta las vivencias de los empleados de un camión de comida de temática circense. Liderado por Steve, quien podría no ser tan humano como aparenta, acompañado por sus empleados: Billy, Penny y Tim.

Tiene once episodios divididos en tres temporadas, la tercera estrenada recientemente. La mayoría no dura más de cinco minutos, pero eso no quita la calidad de estos.

El aspecto en el que más brilla es en diálogo, medio por el cual conocemos la personalidad de los personajes y de donde viene la mayor parte de la comedia. Las reacciones que los trabajadores tienen a los momentos bizarros son genuinamente divertidas. Inclusive, las conversaciones más “normales” provocan al menos una sonrisa.

Visualmente, la serie juega inteligentemente con la estética 2D y 3D. Mezclando fondos dibujados a mano con modelos tridimensionales, creando un estilo único, donde los errores de animación son “adrede” y no un accidente.

Por otro lado, en el aspecto sonoro destaca por composiciones originales. Tanto la introducción como los créditos tienen sus propios temas producidos por Worthikids. Además, debo destacar la canción «Up«, que mezclas ritmos lo-fi con toques de rock alternativo.

Y a todo esto, se debe agregar una historia que se desarrolla de a poco. Que comienza con la confirmación que los payasos no existen en este mundo y, por el momento, termina con a la aparición de criaturas de la cultura popular.

Bigtop Burger es una serie recomendable para toda persona. No es tan larga por lo que puede otorgar una buena tarde de diversión. Sin duda, representa otro acierto de la animación indie.