Revolucionar desde la infancia: Escuelas comunitarias y educación libre

Concretamente a partir de 2011, comienzo de la revolución pingüina, es que se vislumbra la crisis del sistema educacional Chileno que persiste hasta el día de hoy. La discusión planteada desde movimientos sociales ha motivado a cambios desde la institucionalidad, como la Reforma Educacional, hasta desafíos que intervienen directamente por medio de proyectos educativos no tradicionales.

En 2014 un informe del Centro de Investigación Avanzada en Educación (Ciae)  reveló la baja a un 30% de matrículas en colegios municipales y un alza del 51% de colegios subvencionados particulares.  Según Kishore Singh, relator de la ONU, esto demuestra la privatización educacional que no todos pueden pagar, precarizando la educación pública a la que acceden principalmente niños y niñas que son parte de los más de 7 millones de Chilenos en situación de vulnerabilidad.

La desigualdad educativa que presenta el actual sistema educacional es motivo de organización para distintos agentes sociales (estudiantes, trabajadores/ras, padres, madres, entre otros), que a través de consignas expresan la preocupación por un modelo que trabaja con el mercado, limita el desarrollo de habilidades, escolariza prematuramente y finalmente, es considerada como una de las principales brechas la marginalización social.

Productos de estas críticas es que nacen proyectos que buscan transformar el sistema educativo formal a través de espacios complementarios o formas de vida que reivindican por medio del aprendizaje respetuoso del menor.

Fuente: fundación Educación 2020

 Educar en comunidad

Luego del tsunami y terremoto de 2012 en Concepción, organizaciones de la provincia reforzaron el concepto de una educación que nace desde, por y para la comunidad. Una enseñanza transversal en edades y género en que participan como educadores/ras interesados de distintas áreas de desarrollo.

Este concepto busca revertir las desigualdades sociales a través de acciones educativas concretas que se basen en la movilización colaborativa de juntas vecinales, grupos universitarios, entre otros.

Entender esta educación como un canal transformador de la realidad territorial, es fundamental. Para esto sus planes de trabajo se centran en items como:

  • Preservación de lenguas originarias
  • Respeto al medio ambiente
  • Integración de inmigrantes
  • entre otros


Renata Jara, voluntaria en el Proyecto Educativo los Copihues de Talcahuano, comenta la importancia de estas agrupaciones para cambiar el paradigma educativo que desvaloriza y silencia formas de educación alternativas:

 Renata Jara. Foto: Simón Manríquez

Vivir aprendiendo.  

Razones ideológicas respecto a la visión de la estructura educacional es principalmente la razón que motiva a familias a educar a sus hijos e hijas en casa. Esta razón se basa en la filosofía de aprendizaje que vislumbra el respetar los procesos emocionales y exploratorios que se vive en la infancia. No limitar ni estandarizar los conocimientos y habilidades desde temprana edad.

Si bien existen dudas respecto a la legalidad de esta decisión, el menor puede rendir exámenes libres y en otras instancias complementarias socializar con niños de su edad. Tal es el caso de los círculos de madres que se reúnen en instancias de compartir y contención en estas etapas. Enseñar de forma dinámica y co
n otras metodologías esa es la clave para fomentar la exploración y curiosidad.

» en sí para poder educarla en casa, es simplemente dejar que ella sea ella, que explore y yo acompañarla en esa etapa» –           Karen Manríquez, Madres en Tribu BioBio.

Pese a que familias toman esta decisión de educar en casa desde los primeros años de sus hijos, muchas terminan en el paso de los años por usarla como complemento de la educación formal, ya que las responsabilidades laborales no permiten el enfoque a tiempo completo de esta forma de vida.

Este es el caso de Karen Manriquez, Educadora de Párvulos y parte del circulo Madres en Tribu BioBio, que a pesar de querer criar a su hija Violenta (3 años) totalmente en casa, entiende que de aquí en a
delante esa dinámica tendrá que cambiar. Luego del nacimiento de su segundo hijo Fidel (3 meses) todo se vuelve más complicado de de llevar a cabo por las diferencias etáreas de los menores y los horarios de ella con su pareja Simón. Aunque esto parece una barrera, piensan en complementar estas formas de enseñanza hasta dónde puedan.

Karen Manríquez y su familia. Foto: Javiera Díaz

“La otra educación”, proyectos que buscan reunir en base al respeto de la curiosidad y la inclusión de comunidades marginadas, con el fin de reivindicar un paradigma cultural que no cierras las puertas a otras formas de aprender.

Fuente: página de Facebook «Proyecto Educativo los Copihues» y «Madres en Tribu BíoBío»

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