La soberanía alimentaria de las personas ha sido puesta en juego con la irrupción de los transgénicos hace más de 40 años. La utilización de agrotóxicos en los cultivos de frutas y verduras han significado la precarización en el proceso de nutrirse.

Alimentarse es una de las necesidades básicas en el desarrollo de los seres humanos. Por esto, es fundamental saber qué es lo que se consume a diario, ya que la ingesta de productos alterados químicamente puede dañar el organismo de forma irremediable.

¿QUÉ SON LOS AGROQUÍMICOS?

Grandes cantidades de sustancias nocivas nos rodean actualmente. Dentro de estas sustancias peligrosas se encuentran los agroquímicos, compuestos químicos que están destinados a controlar o evitar la acción de plagas agrícolas, regular el crecimiento de las plantas o proteger del deterioro el producto o subproducto cosechado.

Como toda sustancia química peligrosa, los agroquímicos son tóxicos, muchos de ellos de un grado de toxicidad altísimo. Esto los hace muy peligrosos para la salud humana y para el medioambiente.

Se considera como agrotóxicos los:

• alimentos transgénicos
• herbicidas
• plaguicidas
• fertilizantes
• entre otros

Mauricio Schoebitz, Dr. en Ingeniería de Proceso Agroalimentarios, nos explica cómo y para que son utilizados los agroquímicos:

Estudios que lo confirman

Según estudios realizados por Organización Mundial de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre el impacto de los pesticidas, cada año en el mundo se intoxican cerca de 3 millones de personas por el uso de agrotóxicos y mueren más de 220 mil.

En la investigación sobre el “Derecho a la Alimentación” se detalla que casi el 99 por ciento de estas muertes ocurre en países en vías de desarrollo. Países como Chile, Argentina, Brasil, Colombia, entre otros, son  algunos de los más afectados, suponiendo una grave amenaza para la salud de millones de habitantes de América Latina.

En Chile, existe una normativa en cuanto al uso de agroquímicos regulada por el Servicio Agrícola Ganadero (SAG). Este organismo es el encargado de fiscalizar el uso de estos productos, dónde se aplican y  en qué cantidad.

Pese a la presencia del SAG, la fiscalización en el país es mínima. Esto explica por qué Chile está entre las naciones con niveles más altos de uso de pesticidas en el mundo según datos de la OCDE, llegando a un promedio de 10,7 kilos por hectárea.

Agricultura orgánica

Si  se desea consumir productos orgánicos libres de contaminantes, las ferias son  un buen lugar para encontrarlos. Por su parte, los supermercados dedican una sección a los productos orgánicos. Para identificar los alimentos que son certificados como orgánicos se debe buscar que sean aprobados por Argencert.

Debido al alto uso de productos tóxicos, diferentes organizaciones como “Yo no quiero transgénicos”, “Acción Dedos Verdes” y “Chile sin transgénicos”, rechazan la intervención de grandes empresas como Syngenta, Bayer o Monsanto en las semillas y cultivos en el país.

En la región  del Biobío se generó el proyecto “La Ruta de las Semillas”, que se enfoca en documentar y difundir la práctica de intercambio  de semillas campesinas y orgánicas como oposición a la intervención química provocada por las multinacionales.  

A continuación se puede ver el documental grabado por la agrupación de cultivos orgánicos de Concepción:

Daños a la salud

Los químicos no solo hacen daño a los que consumen el producto , sino que también a quienes los manipulan y a aquellos que viven cerca de los cultivos.

En los humanos se pueden producir enfermedades tales como, cáncer en la piel, pulmonar, leucemia, malformaciones, esterilidad, alergias respiratorias, problemas gastrointestinales, entre otros.

La nutricionista Daniela Enríquez se refiere al daño que los agroquímicos provocan en la salud:

Las normas actuales que regulan y permiten la comercialización de productos químicos sintéticos son inadecuadas. Frente a esto, la agricultura ecológica es una opción para quienes desean llevar una alimentación consciente y saludable.