La zona del Biobío es reconocida por concentrar  gran parte de la actividad forestal del país. De un total de 2.052.982 hectáreas, un 55% de ellas corresponde a plantaciones forestales.  De estos cultivos se extrae material para elaborar productos como celulosa, madera aserrada y tableros.

Según datos recopilados por la Corporación Nacional de la Madera (Corma), la exportación forestal del Biobío representa aproximadamente un 70% de la exportación forestal total a nivel nacional.

Ante este panorama, con un sector forestal que acapara las áreas de bosque dentro de la región, cabe preguntarse qué ocurre con las zonas destinadas a la conservación de especies nativas.

El negocio forestal

Actualmente, las plantaciones se centran en el monocultivo del pino y el eucalipto. Esto trae como consecuencia la pérdida de la biodiversidad- debido a la extensión de los sitios de cultivo-  la degradación de los suelos, la disminución y agotamiento del agua, entre otros efectos para el medioambiente.

Respecto a esta problemática, el 2014 se estrenó «Plantar pobreza, el negocio forestal en Chile», un proyecto realizado por el periódico Resumen que muestra los inicios del negocio forestal y su crecimiento en la zona centro sur del país.

Aproximadamente 5.900 empresas se ubican en la Región del Biobío. En conjunto son propietarias del 22% de las plantaciones de pino y eucalipto del sector.

A continuación se puede ver el documental que explica los resultados de la plantación indiscriminada de especies para aprovechamiento económico:

Localmente, es posible encontrar especies nativas tales como el roble, canelo, raulí, araucaria, maitén, entre otras. Desde el punto de vista legal, se denomina especie nativa a los ejemplares arbóreos o arbustivos originarios del país que cuenten con reconocimiento oficial del Ministerio de Agricultura, conforme a la ley n° 20.283 sobre la Recuperación del bosque nativo y fomento forestal.

En relación al peligro de convertirse en un espécimen en extinción, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) establece una categorización detallada dentro del Programa para la Conservación de la Flora y Fauna Silvestre Amenazada de Chile.  En él, se determinaron 14 especies de flora posicionadas como prioridad para la ejecución de planes de rescate y conservación.

• Primera prioridad: Pitao y Queule
• Segunda prioridad: Avellanita, Belloto del sur, Michay Rojo, Raulí, Valdivia gayana, Metharme lanosa, Michay de paposo y Tamarugo
• Tercera prioridad: Belloto del norte, Dalea, Huella chica, Tupa rosada

Desde el sector industrial, el ingeniero civil metalúrgico Miguel Valenzuela comenta a partir de su experiencia laboral en la zona de Arauco que desde hace al menos 10 años la actividad forestal ha ido en incremento, especialmente los terrenos que son utilizados para el cultivo son aprovechados para la construcción de proyectos inmobiliarios.

«En Arauco conviven especies nativas junto a las áreas destinadas al monocultivo de eucalipto y pino radiata. Desde mi trabajo enfocado en la extracción minera, sé que la legislación para estos casos es débil y no se ajusta a la realidad. El país necesita profesionales preocupados por los cambios mediambientales».

Conservación de especies nativas

Respecto a la protección de áreas con presencia de especies nativas, la Región del Biobío cuenta con parques y reservas naturales que resguardan la riqueza de flora y fauna. En la actualidad, el sector registra 8 de estas Áreas silvestres protegidas de Chile.

• Parque Nacional Laguna del Laja
• Parque Nacional Nahuelbuta
• Reserva Nacional Isla Mocha
• Reserva Nacional Los Huemules de Niblinto
• Reserva Nacional de Ñuble
• Reserva Nacional Ralco
• Reserva Nacional Altos de Pemehue
• Reserva Nacional de Noguén

A continuación se muestran imágenes pertenecientes a la Reserva Nacional de Nonguén, creada el 30 de diciembre de 2009.  Este sector abarca  3055 hectáreas, cruzando las comunas de Chiguayante, Concepción y Hualqui.

El programa para la  Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal tiene como objetivo promover la acción social y el desarrollo económico de las comunidades rurales, respetando las normas orientadas a protección del medio ambiente.

Para ello, está vigente el Fondo de Conservación y Manejo Sustentable del Bosque Nativo que contempla recursos dirigidos a proyectos de preservación, producción no maderera o producción maderera.

Es de esperar que planes como el anterior se sigan ejecutando para apoyar las iniciativas de conservación y rescate de especies nativas.